• Ansiedad, otro trastorno en aumento

    El Autor

    Paula Pastor Yáñez

    Psicóloga voluntaria de Lassus

    La ansiedad es un sentimiento normal de temor ante situaciones amenazantes o difíciles.

    ansiedad

    La ansiedad normal permite a la persona responder de forma adecuada. Se presenta ante estímulos reales o potenciales. La reacción es proporcional en tiempo, duración e intensidad. Se considera patológica cuando el estímulo supera la capacidad normal de respuesta del organismo y aparece una respuesta intensa y desproporcionada, que interfiere con el funcionamiento cotidiano y disminuye el rendimiento. Se acompaña de una sensación desagradable, síntomas físicos y psicológicos, y persiste más allá de los motivos que la han desencadenado. En estos casos se puede considerar un trastorno.

    Trastorno de ansiedad es un término general que abarca varias formas diferentes de un tipo de trastorno, caracterizado por miedo y ansiedad anormal y patológica. Cada uno tiene sus propias características y síntomas. Las emociones presentes van desde el simple nerviosismo a episodios de terror o pánico. Suelen ser condiciones debilitantes, que tienden a cronificarse y aumentar en situaciones de estrés. Pueden presentarse a edades muy tempranas o empezar súbitamente tras un evento. La depresión suele ser común en estos trastornos. No es raro que se diagnostiquen a estas personas con el llamado trastorno mixto ansioso-depresivo.

    Tipos

    1. Trastorno de ansiedad generalizada: preocupación o nerviosismo excesivo casi diario.

    2. Trastorno de pánico o ataque de angustia (con o sin agorafobia): episodios en los que aparece, de manera súbita, temporal y aislada un intenso miedo, temor o malestar, con una duración variable, de minutos a horas, y sin causa aparente. Se acompaña de síntomas como taquicardia, mareos, sudoración, vómitos o náuseas. Puede desembocar en agorafobia, miedo a presentar nuevas crisis y conducta tedente a evitar que vuelva a pasar.

    3. Trastorno obsesivo-compulsivo: pensamientos o acciones, no voluntarios, que el paciente no puede dejar de pensar o hacer para no generar ansiedad.

    4. Trastorno de ansiedad social o fobia social: miedo a una o más situaciones sociales por temor a que resulten embarazosas.

    5. Trastorno fóbico: temor desproporcionado y persistente ante un objeto específico, actividad o situación con la consecuente evitación del objeto temido.

    Algunos de los síntomas físicos que se presentan son: sudoración, sequedad de boca, mareo, inestabilidad, temblores, tensión muscular, cefaleas, palpitaciones, taquicardias, náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento…; y algunos de los síntomas psicológicos son: preocupación, sensación de agobio, miedo a perder el control, a volverse loco o sensación de muerte inminente, dificultad de concentración, sensación de pérdida de memoria, inquietud, irritabilidad, conductas para evitar determinadas situaciones, bloqueo psicomotor, obsesiones o compulsiones.

    Técnicas

    1. Ejercicio físico, sobre todo al aire libre, ayuda a evitar el exceso de activación del sistema nervioso y a conseguir un sueño más reparador.

    2. Hábitos de alimentación. Una alimentación desequilibrada puede perjudicar algunos síntomas gastrointestinales asociados con los estados de ansiedad. Una alimentación saludable y equilibrada nos ayudará a controlarlos.

    3. Modelado (observación). Podemos observar a otras personas que no muestran ansiedad ante acontecimientos donde nosotros sí o, incluso, conversar con gente que ha conseguido superar problemas de ansiedad y que comenten las técnicas que a ellos les han funcionado.

    4. Sentido del humor y métodos de distracción. A veces, una persona con ansiedad no se puede dar cuenta de lo ridícula que puede ser su reacción. Es importante ver también la parte divertida y optimista de las cuestiones. Podemos probar a cantarlo o a decírnoslo en otro idioma, pasear, ocio…

    La psicoterapia ha demostrado ser altamente eficaz. La terapia de conducta usa técnicas para reducir o detener las conductas no deseadas asociadas, por ejemplo, con técnicas de relajación y respiración profunda. Con la terapia cognitiva, las personas aprenden a entender cómo sus pensamientos contribuyen a los síntomas y cómo modificar aquellos patrones para reducir la ocurrencia y la intensidad de la reacción. La psicoterapia en grupo es una manera eficaz de proveer apoyo.

    En Lassus ofrecemos asesoramiento psicológico individual y talleres en grupo, donde se trabaja diversas áreas como autoestima, solución de problemas, habilidades sociales, técnicas de relajación, etc.