• Corte de digestión, entre el mito y la realidad

    Se columpia entre la leyenda urbana y la realidad. El corte de digestión existe, pero el síncope en el agua puede llegar con y sin él. La clave no está tanto en la digestión como en el cambio de temperatura. Es aconsejable no bañarse recién comido y, con digestión o sin ella, el bañista nunca debe entrar de golpe en el agua. Es importante que el cuerpo no sufra un cambio brusco de temperatura, de ahí que se aconseje mojar primero la cabeza, tal y como recomienda el doctor Miguel Ángel Sáez, residente del centro de Salud Zona VIII de Albacete. 

    cartel zambullidas

    Así, el corte de digestión no es una leyenda urbana, pero no existe como tal. Su nombre es síncope de hidrocución y consiste en la pérdida de conocimiento por el contacto brusco con el agua fría o “shock termo diferencial que lleva al fallo circulatorio”.

    Puede suceder a cualquier edad, pero son más propensas las personas mayores con problemas de corazón y los niños. Asimismo, es más probable cuando la temperatura del agua es inusualmente baja y la del cuerpo especialmente alta.

    La mayoría de las veces el síncope no llega de repente, sino que se presenta precedido de vértigo, zumbidos en los oídos, sensación de obnubilación, dolor de cabeza, visión borrosa, calambres, piel de gallina e, incluso, vómitos.

    En realidad el síncope se puede dar con o sin digestión, de ahí que el respeto a zambullirse en el agua no acabe de guardar relación con las horas que han pasado desde la última comida. Factores que predisponen a él son que la temperatura del agua sea inferior a los 18 grados, que la temperatura corporal haya aumentado por una exposición prolongada al sol o por ejercicios físicos con gran sudoración, que la entrada en el agua sea muy brusca, con un golpe fuerte en el vientre, o que el sujeto se encuentre en un estado digestivo.

    corte de digestión

    El doctor Sáez, en consulta.

    En cualquiera de los casos, la prevención está clara. No se debe abusar del sol y sobre todo protegerse de él durante y después de las comidas. Asimismo, hay que entrar en contacto con el agua poco a poco y, sobre todo, mojarse la cabeza antes de zambullirse. Si a pesar de todo comienza a sentir mareo, visión borrosa o náuseas, el doctor Sáez insiste: “no corra riesgos innecesarios y salga inmediatamente del agua”.