• David Serrano, el MIR número 36

    Es un fuera de serie. Alumno de la Facultad de Medicina de Albacete, David Serrano es el MIR número 36 o, lo que es lo mismo, el mejor residente entre los más de 12.400 médicos que se presentaron al más temido de los exámenes. Y es que aquí no basta con ser facultativo, ahora, a los recién graduados les toca especializarse, hacer la residencia.

    Después de estudiar entre 8 y 10 horas diarias para el examen MIR, David Serrano se ha tomado un respiro de cara a la residencia.

    Después de estudiar entre 8 y 10 horas diarias para el examen MIR, David Serrano se ha tomado un respiro de cara a la residencia.

    Este albaceteño será cardiólogo. Él lo puede afirmar sin temor a equivocarse porque está entre los primeros. Ser el número 36 de más de 12.400 significa para un médico que podrá especializarse en lo que quiera y prácticamente donde quiera. La semana que viene irá al Ministerio de Sanidad y, cuando le llamen, tendrá que elegir. Dirá Cardiología y optará por salir de Albacete, pero a siete días de una decisión vital, aún no sabe dónde acabará.

    Lo del doctor Serrano es toda una proeza, pero tiene una receta muy sencilla: “trabajo, trabajo y trabajo”. En su expediente no hay trucos, hay esfuerzo. Hijo de un maestro y un ama de casa, será el primero de su familia que viva pegado a un estetoscopio. Detrás quedan muchas horas de estudio y las que vendrán, ya que este joven de 25 años asume que ha elegido un camino en el que nunca podrá separarse de los libros.

    Este estudiante brillante es el ejemplo de lo dura que resulta la carrera de Medicina. Entre el grado, el examen MIR y la especialidad, David Serrano no será cardiólogo hasta los 30 años.

    Estudiante del colegio Cristóbal Valera y del instituto Los Olmos, David Serrano sacó una nota media, entre el Bachillerato y la Selectividad, de 9,75 sobre 10. Parte de la culpa del prometedor futuro de este albaceteño la tiene Vicente Benlloch, profesor de Biología y Geología que le contagió la pasión por la Medicina desde cuarto de Secundaria. Desde entonces, David sacaba entre cuatro y cinco horas de estudio diarias porque sabía que para estudiar en la facultad de Albacete no se podía permitir ni un solo tropiezo.

    De sus seis años de carrera, tiene una lista interminable de profesores que le han marcado, pero se queda con el doctor Julio Virseda, urólogo al que considera el prototipo de profesor universitario. En cuanto a los servicios, le impactó la profesionalidad de los médicos de Neurología y Geriatría. Eso sí, desde segundo de carrera, lo que le llamó la atención fue el corazón y con él se quedará.