• El Colegio de Médicos prepara su etapa más reivindicativa

    Miguel Fernando Gómez Bermejo, oftalmólogo de 64 años, es el secretario provincial de Sindicato Médico (CESM) en Albacete, al que está ligado desde el año 1992. Padre de médico y enfermera, ambos con contratos precarios, este murciano de Abarán está en la sanidad albaceteña desde hace más de dos décadas. Como presidente del Colegio de Médicos de Albacete, cargo que acaba de revalidar con un nuevo equipo, tiene en el punto de mira al Hospital General Universitario de Albacete, que se deteriora tras una década de promesas políticas en torno a su ampliación y reforma. Faltan camas, quirófanos y anestesistas, lo que convierte a las listas de espera en un mal endémico. Por este motivo, Gómez Bermejo anuncia que el Colegio de Médicos de Albacete será reivindicativo. Para ello, cuenta con un equipo preparado y dispuesto a defender tanto a la profesión como a los pacientes. 

    Su madre le aconsejó que estudiara Magisterio, pero Gómez Bermejo se empeñó en cursar Medicina en Murcia. Y le hubiese ido mejor siguiendo los dictados maternos porque en junio de 1979 tenía el título de Medicina y un futuro negro, ya que España tenía más de 20.000 médicos en el paro y sólo convocaba 2.200 plazas MIR al año. Hoy este oftalmólogo reconoce que la situación no es la de hace 38 años, pero también hay mucho que mejorar. Y es que ve cómo su hijo, médico de Familia, trabaja a media jornada en la puerta de Urgencias, o cómo su hija, enfermera, lleva diez años encadenando contratos temporales en Palma de Mallorca, donde incluso ha tenido que aprender el mallorquí para trabajar.

    Él refundó Sindicato Médico en Castilla-La Mancha y ahora se ha liberado, a las puertas de la jubilación, para dejarlo con una directiva joven. Quiere abrir el colegio a todos los médicos, con más formación y nuevos proyectos, pero sin olvidar que la profesión necesita defenderse ella y a sus pacientes. De hecho, tiende la mano a la candidatura que también aspiraba a la presidencia, la de Pedro Tárraga, para que ponga en marcha todos los proyectos que llevaba en el programa, como estrechar lazos con la Facultad de Medicina o aprender de los médicos jubilados.

    Miguel Fernando Gómez Bermejo llegó a Albacete tras entrevistarse con Salvador Moncayo, director entonces del Insalud. Se especializó en Oftalmología con Julio Montoro y Manuel Belmonte y en 1990 se convirtió en el primer oftalmólogo del Hospital de Hellín, donde puso en marcha el servicio. Junto con María José Salido, fue el primero en poner una lente intraocular en Castilla-La Mancha, pero si en tiempos las cataratas se resolvían abriendo medio ojo para extraer el cristalino, ahora la incisión es de dos milímetros. Aquello fue durante su corta etapa en el Hospital de Valdepeñas.

    No ha perdido ni el acento ni el carácter afable de murciano, de ahí que insista en que “quien es enemigo mio es porque quiere”. No pretende pelearse con los cargos políticos del Sescam, ni puede evitar que haya cinco hospitales en cien kilómetros mientras el de Albacete se cae, pero anuncia que hará lo que sea necesario para beneficiar a médicos y pacientes.

    No olvida que con Zapatero el personal sanitario perdió el 5% del sueldo y el 48% de las pagas extra; que ahora el PSOE devuelve el 1,5% del 3% que restó la etapa del PP y el 7,5% del 15% de la hora de guardia. Por tanto, ambos colores políticos recortaron y aún queda un largo camino hacia la recuperación. Miguel Fernando Gómez Bermejo tiene tiempo y equipo.

    Equipo que llevará las riendas del Colegio de Médicos los próximos cuatro años.