• El “fiscal” de las aguas

    Evalúa si el agua es apta para el consumo humano, si puede llenar las piscinas públicas o si se puede verter sin que dañe a nadie. Este albaceteño tiene dos carreras y un máster que, a sus 28 años, le han valido para dirigir el laboratorio de una gran empresa. Pero Luis Navarro Gómez vela por la salud de los dominicanos porque su currículum sólo impresionó fuera de su tierra.

    Luis Navarro Gómez

    Este ingeniero técnico Agrícola, licenciado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, envió cientos de currículum, donde también figuraba un máster en Nutrición, Tecnología y Seguridad Alimentaria y la puesta a punto del imprescindible Inglés. Ya no sabía qué más estudiar para quedarse en España, pero aburrido de no obtener respuesta decidió que sus correos saltaran las fronteras. Así fue como lo contrataron en una empresa de Santo Domingo (República Dominicana) en la que trabaja desde el mes de abril de 2015.

    Bajo su responsabilidad están desde el agua del grifo hasta la de las piscinas, ya que tiene que certificar que no tienen ningún elemento que pueda perjudicar a la salud de las personas. Y es que vive en un mundo totalmente diferente al suyo, donde el agua que sale por los grifos se puede utilizar para uso doméstico, pero no se puede beber, no es potable. Sólo en los condominios (urbanizaciones) más pudientes instalan potabilizadoras, de ahí la necesidad de controlar que ese agua realmente sea apta para el consumo humano.

    Vela por la salud de los dominicanos

    Desde su laboratorio, Luis Navarro Gómez también analiza muestras de los alimentos que sirven los grandes hoteles de lujo de Punta Cana y Playa Bávaro e, incluso, de las aguas de las piscinas del centro olímpico. Aún así, si tuviera una oferta de trabajo en su país, no se lo pensaría.

    Luis Navarro daría lo que fuera por volver si no a Albacete, a España. Está en Santo Domingo porque en su país le exigían experiencia para darle trabajo y, sin embargo, nadie le contrataba para adquirirla. República Dominicana le ha permitido tomar contacto con el mundo laboral.

    A 7.000 kilómetros de casa

    Este joven ingeniero lleva dos años a cerca de 7.000 kilómetros de casa. Alumno del Colegio Doctor Fleming y del Instituto Bernardino del Campo, estudió la primera carrera en Albacete y la segunda en Ciudad Real, por lo que cuando no le quedó más remedio que salir de casa lo tuvo que hacer a lo grande.

    Echa de menos todo. Vive en un país donde no se hace nada a pie, no se pasea, todo se hace en coche. Por no haber, no hay ni aceras. No se puede dar un paseo ni existe el comercio de barrio. Navarro ha explicado a Diario Sanitario que Santo Domingo es como un conjunto de grandes circunvalaciones por donde la población se mueve en coche para ir a trabajar o visitar los centros comerciales. Es diferente hasta la comida, basada en los fritos y el arroz, sin pan.

    Ahora que puede sumar a su currículum dos años de experiencia, Luis Navarro volverá a intentar lo que no consiguió a fuerza de estudiar.

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