• El mal de las piedras homicidas

    Hay un dolor, “tan intenso que no se puede comparar con nada”, que ha acompañado al hombre a lo largo de los siglos. Conocidas como las piedras homicidas, hoy los cálculos causantes del cólico nefrítico no matan, pero provocan tres de cada veinte urgencias urológicas y son el séptimo motivo de ingreso en hospitales como el General de Albacete. Los albaceteños siempre han culpado de este mal, más común en hombres que en mujeres, al agua de su ciudad, por su dureza. Pero no pueden estar más equivocados.

    cólico nefrítico

    El doctor Virseda guarda en una vitrina algunas de las piedras que ha extraído a lo largo de su carrera.

    El doctor Virseda conserva las piedras que ha extraído a lo largo de su carrera

    Esta leyenda urbana se remonta al siglo V antes de Cristo, cuando Hipócrates defendía que el mal de la piedra tenía su origen en las arenas del agua. Ahora se sabe que aquella tierra era carbonato cálcico que se elimina durante la digestión, por lo que el origen, incierto, estaría más en la genética que en el ambiente.

    El caso es que si 4.500 años antes de Cristo se encontraron piedras en los riñones de una momia, en pleno siglo XXI este mal sigue presente en los órganos de los albaceteños. Hasta 360 pacientes pueden ingresar en el Hospital General en un solo año para la destrucción de cálculos urinarios, con una estancia media de un día y medio. Ha evolucionado el tratamiento, pero el problema sigue ahí.

    Extraer piedras sin abrir

    Así lo explicaba a este diario el jefe de Urología del Complejo Hospitalario Universitario, el doctor Julio Virseda, quien recordaba que Albacete siempre ha sido pionera en litotricias, es decir, en la destrucción de piedras. La gran revolución llegó hace más de dos décadas con ‘La bañera’, una técnica que permitía destruir las piedras sin abrir al paciente, con ondas de choque.

    cólico nefrítico

    Si los albaceteños viajaban entonces a Murcia para tratarse, este cambio supuso que acabaron siendo los murcianos los que viajaran a la provincia para deshacer sus piedras sin dolor ni intervención. Hoy la técnica es básicamente la misma, solo que ya no es necesario sumergir al enfermo en una bañera sino que se trata en una mesa radiológica.

    La vitrina de los horrores

    El doctor Virseda ‘atesora’ en su consulta las piedras que ha extraído a lo largo de su dilatada carrera. Esta vitrina de los horrores muestra aquellos cálculos que por la época, el sitio donde se formaron o el tamaño no pudieron deshacerse con ondas y obligaron a su víctima a acabar en la mesa del quirófano. Duele solo verlas y pensar en el sufrimiento que pudieron causar en su momento.

    Y es que hasta el siglo XIX los cálculos causantes de los cólicos nefríticos se resolvían abriendo o introduciendo aparatos para su destrucción o extracción, pero sin anestesia ni antibióticos, por lo que el paciente tenía todas las de perder.

    Víctimas del cólico nefrítico

    Recordaba el doctor Virseda el caso de Napoleón III, una de las ilustres víctimas de aquellas piedras homicidas. Él tenía una, enorme, en la vejiga. Le provocaba tal dolor que llegaba a poner la palma de la mano sobre una vela para desorientar a sus sentidos, así como abusaba del opio en sus intentos por calmar el sufrimiento. Al final, lo operó en Londres Henry Thompson, pero según aseguraba el urólogo albaceteño, murió de septicemia después de varias litotricias. Tenía los riñones destrozados por el mal de las piedras homicidas.

    En la actualidad, el cólico nefrítico suele afectar a pacientes, varones, de entre 40 y 50 años

    En la actualidad, esta patología, considerada leve, suele afectar a pacientes, varones, de entre 40 y 50 años. Nadie duda de que el cólico nefrítico está entre el peor de los dolores. No se calma espontáneamente y no hay postura que lo alivie. Empieza con un fuerte dolor en la zona lumbar, indescriptible, que irradia hacia el abdomen. Los médicos distinguen a este paciente porque llega pálido, descompuesto y con la mano permanentemente en el costado.

    Virseda ante una piedra causante de un cólico nefrítico.

    La culpable de este temido mal es, en el 98% de los casos, una piedra que, localizada en un riñón o en las vías urinarias, causa una obstrucción que, en el 20% de los pacientes, requiere el paso por la máquina de litofragmentación.

    Para combatir y prevenir esta patología se recomienda beber agua mineral en abundancia, sin embargo, nadie se atreve a afirmar que la causa esté en la dieta. Eso sí, el 80% de los casos se resuelve con calmantes y agua en abundancia. No siempre es necesario intervenir para la expulsión.

    cólico nefrítico

    Esta piedra estaba ramificada en un riñón.

    También le puede interesar:

    Un “quijote” en Urología