• ¿En qué punto está el cáncer de mama?

    El 28% de los cánceres en mujeres son de mama. De hecho, una de cada ocho españolas va a sufrirlo a lo largo de su vida. La buena noticia es que la mayoría se va a curar y también habrá un porcentaje que lo asumirá como una enfermedad crónica. Lo que hace tres décadas era una sentencia de muerte, hoy es un mal trago contra el que luchan investigadores, asociaciones, radiólogos, patólogos, oncólogos o médicos de cabecera. Y es que, si en algo insiste el el jefe de Sección de Oncología Médica del Complejo Hospitalario Universitario, Antonio Fernández Aramburo, es en la necesidad de la coordinación entre especialistas, tanto para el diagnóstico precoz como para mejorar la calidad de vida de las supervivientes.

    No hay que bajar la guardia ni en la investigación, para mejorar los tratamientos y evitar que el 3,3% de las mujeres españolas mueran de cáncer de mama, ni en la detección precoz. Así, en una reciente conferencia para la Sociedad de Medicina y Cirugía de Albacete, el doctor Fernández Aramburo hizo un repaso objetivo de los últimos estudios. Nadie niega que hay falsos positivos y sobrediagnósticos, es decir, mujeres a las que se trata de un tumor sin saber si daría la cara o no con el tiempo.

    Lo que nadie duda es que la mujer que se somete al cribado, es decir, a una mamografía cada dos años a partir de los 45, reduce un 40% las posibilidades de morir de un cáncer de mama. Además, no se trata sólo de sobrevivir, también de vivir mejor. Cuanto antes se trate el cáncer, menor será la agresividad de los tratamientos.

    ¿Por qué aumentan los casos? ¿Hay un sobrediagnóstico o son casos a los que se llega muy a tiempo? ¿Es peligrosa la radiación de las mamografías? Fernández Aramburo sólo tiene claro que son mayores las ventajas que los riesgos. Defiende sin dudarlo tanto el cribado como la investigación.

    En cuanto a las armas para atacar el cáncer, la primera maniobra suele ser la cirugía, para después elegir o combinar entre radioterapia, quimioterapia y tratamientos hormonales. No obstante, hay casos en los que se adelanta la quimioterapia al quirófano.

    Por tanto, es una enfermedad que cada año arroja mejores estadísticas de supervivencia y mejores tratamientos, pero no deja de ser dura. Además, el reto ahora también está en mejorar la calidad de vida de ese porcentaje cada vez mayor de mujeres supervivientes.

    Mi camino junto al cáncer