• Enfermería hace las maletas

    brexituno

    Cristina Garijo, en su trabajo.

    Se marchan porque les ofrecen contratos fijos en hospitales públicos, porque les pagan más y les valoran hasta el punto de que se los rifan. Y es que una enfermera inglesa no sabe ni sacar sangre. Allí las extracciones, las vías o las sondas vesicales son tareas de médicos. Desde 2008, cerca de medio centenar de enfermeros albaceteños se han marchado del país, la mayoría a Reino Unido, pero también a Alemania, Suiza o Irlanda. Echan de menos su tierra, pero el extranjero les abre un abanico de posibilidades y puertas que aquí están cerradas.

    Cristina Garijo no se plantea regresar. Esta enfermera albaceteña de 28 años llegó a Inglaterra el 12 de agosto de 2013. Después de dos años en paro, vio una oferta de trabajo en el Colegio de Enfermería que le llamó la atención. Era para una residencia de ancianos en Callington, en el condado de Cornualles, al suroeste de Inglaterra. Hizo la entrevista de trabajo a distancia, a través de Skype, le pagaron el billete de avión y le buscaron alojamiento. Al año, consiguió un puesto como enfermera en la planta de Mayflower, que basa su asistencia en Nefrología, unidad de Trasplantes renales y diálisis, en el Hospital Derriford, en Plymouth, en el condado de Devon.

    Y ahí sigue. “Mis jefes, supervisores, compañeros y doctores me aprecian y quieren mucho, ya que me he convertido en una enfermera renal, con experiencia en diálisis peritoneal y en hemodiálisis, capaz de cuidar de mis pacientes y a la vez de supervisar el funcionamiento de la planta”, dice a través de un correo electrónico.

    Cristina volverá a Albacete siempre que pueda para reunirse con familiares y amigos. Además, el año que viene se casará en su ciudad con su novio inglés. Sin embargo, quiere conservar su puesto de trabajo porque en Inglaterra una enfermera no sabe ni lo que son contratos temporales, ni oposiciones, ni interinidades saltando de servicio en servicio, allí el título basta para tener estabilidad en la sanidad pública. Además, considera que hay más protocolos, más seguridad y los pacientes están mejor atendidos. De hecho, esta enfermera está sorprendida por el abanico en ayudas sociales que gestionan los hospitales públicos para los enfermos que viven solos en sus casas. “Ningún paciente vuelve a su domicilio si no se demuestra que es seguro para él”.

    brexitdos

    Alejandro Ponce, con una compañera de trabajo.

    Cuando Cristina llegó a Inglaterra, era la única española que residía en Callington, lo que le obligó a defenderse con el idioma. Después de vivir y trabajar un año en Inglaterra, fue cuando empezó a trabajar en el hospital y conoció a algunos españoles que vivían en Plymouth, donde reside. También por casualidad conoció a otra albaceteña que trabaja en quirófano, en el mismo hospital donde está ella.

    Tampoco está solo Alejandro Ponce, enfermero albaceteño que llegó hace 18 meses al Princess Royal University Hospital. Él vive en Bromley, a 20 minutos en tren de Londres. Y, como le pasa a Cristina, no se arrepiente de su aventura. De hecho, en su hospital también hay otra enfermera de Albacete.

    Ambos, Alejandro y Cristina, se sienten valorados y respetados en su trabajo y entorno. No creen que el temido Brexit les afecte y, aunque están en un entorno contrario a la salida de la Unión Europea, sí temen que complique la llegada de nuevos inmigrantes.brexittres

    En cualquiera de los casos, el Colegio de Enfermería es la clave para viajar en busca de trabajo sin contratiempos. Así, las ofertas que se publican en Albacete han pasado antes por el filtro del Consejo General. En estos momentos, hay empleos en Alemania, Suiza y Reino Unido y este año ya se han marchado cuatro albaceteños a Irlanda, Reino Unido y Alemania. En cuanto a formación, no tienen competidores, pero sí es necesario que, antes de marcharse, refresquen, y mucho, el inglés.