• “Era de los que ven una aguja y se caen redondos”

    El ontureño Manuel Collado Sarrión se ha convertido en el socio 65.000 de la Hermandad de Donantes de Sangre de Albacete. Su gesto tiene doble mérito porque, aunque siempre había querido dar el paso, le daba pánico que le sacaran sangre. “Era de los que ven una aguja y se caen redondos”, pero la profesionalidad del equipo de la hermandad ha obrado el cambio. “Ha sido un momento; ni dolor; ni mareo; he perdido el miedo”.

    Así, este joven de 30 años, aeromecánico en Airbus Helicopters contribuirá a que los hospitales de la provincia funcionen, a que no falte sangre para los quirófanos o para el sinfín de tratamientos con los que se superan cientos de enfermedades.

    No hay que olvidar que hace cuatro décadas los pacientes podían morir en la mesa de operaciones porque la transfusión no llegaba a tiempo o no se encontraban familiares dispuestos a donar. La sangre se pagaba y, por tanto, escaseaba. El nacimiento de la Hermandad de Donantes de Sangre, a la que ahora pertenece Manuel Collado, supuso un antes y un después.

    Collado ha explicado que el hecho de que personal de la hermandad se haya trasladado hasta su puesto de trabajo ha sido clave para no ponerse excusas y dar el paso que tenía en mente desde hace años. Casos cercanos, en los que una transfusión les salvó la vida tras un accidente, le habían hecho ver a este joven la importancia de la donación, pero tener que ir hasta el Hospital General y, sobre todo, el miedo a las agujas le frenaban.

    El nuevo donante ha querido agradecer a la hermandad que se haya desplazado para las extracciones hasta su puesto de trabajo, así como ha insistido en que, gracias al personal sanitario que visitó Airbus, no sólo no ha perdido el miedo a las agujas sino que donará sangre siempre que se lo pidan.