• España pierde 10.000 médicos en menos de diez años

    Desde 2009, la sanidad pública española ha perdido 10.000 puestos de médico y 30.000 de Enfermería, lo que ha llevado a Josep Fumadó, representante nacional de los facultativos de la Atención Primaria rural, a advertir al Congreso de los Diputados de la “agonía” de su especialidad. Y es que, en su opinión, entre mensajes políticos de autocomplacencia sobre la mejor la sanidad del mundo se esconde una verdad: “Todo el mundo la quiere y nadie la apoya”.

    Fumadó ha advertido del riesgo de deterioro que acecha a una Atención Primaria, paralizada desde hace una década y con un déficit superior a los 2.200 facultativos, sobre la que cunde el desánimo de los profesionales. El problema está en la presión asistencial, en la temporalidad de los contratos, en el envejecimiento de las plantillas y, en resumen, en una complicada situación que se confirma sin que nadie plantee una solución.

    Apoyado en el estudio de 35 médicos de Atención Primaria, los de la “trinchera”, como los define Fumadó, este médico advertía al Congreso sobre la fuga de talento y la importación de facultativos extracomunitarios, cuando la formación de los especialistas españoles cuesta más de 200.000 euros, inversión de la que se benefician en otros países. Y es que, en los últimos cuatro años, más de 12.000 médicos españoles han pedido el certificado de idoneidad para salir de España.