• Faltan camas, camillas, sillas y ascensor para enfermos

    En respuesta al artículo de el Doctor Calatayud y ampliando más la información sobre la falta de camas en el Complejo Hospitalario de Albacete me gustaría informar que además de falta de camas, también faltan camillas, sillas y algún ascensor para uso exclusivo y traslado de enfermos desde sus habitaciones a las diferentes salas y servicios del propio complejo hospitalario.

    Así, me gustaría comunicar que dicha deficiencia pudiera, entre otras, ser debida al mayor volumen de población asistencial, mayor número de servicios y salas que demandan nuestros trabajos, a la falta de previsión de la necesidad de contar con más material, pues, aunque algunos usuarios, personal y en general se crea que los celadores tenemos sillas, camillas u otro material reservado fuera del área de urgencia y plantas, se trata de material destinado a unas salas que también demandan la necesidad de contar con dicho material.

    Ya como celador del complejo hospitalario, me gustaría informar que también faltan en algunos servicios, turnos y horas celadores que al fin y al cabo realizan el trabajo de recibir, transportar y trasladar al enfermo a los diferentes boxees de urgencias, diferentes servicios de Radiología y “pruebas”, los cuales algunas veces deben rendir con máxima presteza, eficacia, rapidez y en algunas ocasiones 2 x 1, es decir, como ejemplo, llevar una silla a rayos y además continuar con varias enfermas de la planta de Ginecología.

    En Radiología y otros servicios estar un solo compañero para diferentes salas o destinos de “pruebas”; debiendo esperar a disponer de unos ascensores, debido al ritmo de uso, demasiado lentos y sobrecargados de personas que en ocasiones nos vemos obligados a comunicar a los visitantes y usuarios del ascensor de que se tienen que esperar al ir nosotros con un paciente del complejo, no siendo conveniente ni legal, por el tema de privacidad y bien del mismo que lo utilicen, recibiendo en algunas ocasiones, respuestas mal sonantes, desprecios y descaros en ocasiones sin razón con el chantaje emocional que ello puede ocasionar psicológicamente.

    Así que debo exponerlas para conocimiento de quien tenga a bien leer esta carta y a diversos comentarios, escritos y escuchados de que no atendemos a los pacientes o que estamos ociosos, que precisamente es el celador quien en muchas ocasiones es el que realmente se parte la espalda y el que, a nivel físico y psicológico, por la presión a la que se nos somete se va “molido”, reventado, para que el trabajo del hospital salga adelante, ya que el mismo “sale” siempre atendiendo en beneficio del gran perjudicado que al final siempre es el que acude al hospital, es decir, el enfermo, el paciente.

    Federico García (Albacete)