• La desesperación de un paciente y su familia

    En este momento queremos transmitir nuestra indignación e impotencia ante la gran injusticia que está viviendo nuestro padre y, como él, otras muchas personas en situaciones similares. Nos vemos obligados a usar éste y cualquier otro medio de comunicación que esté en nuestra mano para hacer llegar a todos los ciudadanos la vergonzosa situación en la que se encuentra a día de hoy el Hospital Universitario de Albacete.

    Nuestro padre, Isidro Moya Martínez, que ha prestado servicio como Policía Local en esta ciudad durante más de treinta años, que ha sacrificado su vida por su familia y su profesión al cien por cien; recibe en el año 2003, a los 55 años de edad, la brutal noticia del diagnóstico de la enfermedad de Parkinson Idiomático. Es propuesto después del verano 2015 por su neuróloga para someterse a la operación de estimulación profunda, intervención que, ya de inicio, se pospone hasta el año 2016.

    Al fin, le llaman a finales de febrero para que ingrese en el Hospital el día 2 de marzo, pues será operado el día 8. Tras las pruebas y retirada de medicación, un día antes de la operación se le comunica que debido a que no hay camas en la unidad de UCI, no se arriesgan a operarlo por si surge una complicación; cuando solamente intervienen un paciente con esta patología al mes.

    Le dan el alta con una nueva fecha de intervención, el 29 de marzo y con ingreso el día 27. Pero antes del 24 de marzo, se le comunica por teléfono que de nuevo la operación se retrasa sin concretar fecha.
    El viernes 8 de abril es avisado de nuevo para que ingrese el día 10, pues el martes 12 se le someterá definitivamente a dicha intervención.

    El martes 12, preparado en camilla de camino a quirófano, en ayunas con antibióticos administrados, vía puesta y anestesia EMLA aplicada, nos comunican en el pasillo, que el TAC está averiado, ese día tampoco será intervenido.

    A fecha de hoy, mi padre se encuentra ingresado en planta, pues la familia nos negamos rotundamente a firmar un parte de alta. La situación anímica en la que queda mi padre y toda la familia, que lo sufrimos con él, rabia, desesperación, me faltan palabras para explicar tanto dolor, ver a tu padre preparándose una y otra vez, física y psicológicamente, para ese momento tan importante y difícil a la vez en su vida, con esa mirada profunda, triste e impotente, con las ilusiones robadas, llorando lo que nunca ha llorado en su vida.Tras la retirada de su medicación, cinco días antes de la intervención, sin sus 18 pastillas diarias, quedando en cama totalmente dependiente, sin poder articular palabra, con disquinesias importantes tanto axiales como periféricas, temblor, rigidez y calambres en todo su cuerpo.

    Por todo esto, nos negamos a abandonar el Hospital y la habitación adaptada, que es la única en la que nuestro padre puede llevar a cabo sus necesidades higiénicas, y porque consideramos que es recomendable y necesario que esté controlado por su especialista, puesto que la retirada de medicación tantas veces en tan poco tiempo le están causando perjuicio físico y psicológico.

    Con esto, queremos que quede constancia de la falta de coordinación, de medios disponibles y la no previsión inmediata de una atención psicológica especializada en párkinson, tan necesaria en estos casos si además tenemos en cuenta que para poder optar a la estimulación profunda debe pasar exhaustivos controles psicológicos, atención que la Asociación de Párkinson de Albacete le está proporcionando, pero creemos que le correspondería al servicio de Salud mientras se encuentre ingresado en algunos de sus centros.

    Lo que sí queremos destacar es el valor profesional y humano de todos los profesionales sanitarios que componen el equipo de neurología de este hospital, que a la vez no pueden realizar su trabajo, cuando lo que falla, es la calidad de las instalaciones. Consideramos que si el Hospital Universitario de Albacete no está equipado correctamente, que lo hagan. Que todo este retraso está originando un trastorno a nuestro padre y se lo originará a todos los pacientes que siguen en lista de espera, que puedes ser tú, tu madre, tu hijo o cualquier otro ciudadano.

    No entendemos de política y no sé quién será el responsable de estas malas gestiones, pero mientras los partidos políticos se acusan unos a otros de quién es el que roba, queda desatendido económicamente un hospital que no cumple los mínimos necesarios para dar servicio, a pesar de tener profesionales cualificados para ello.

    Listas de espera interminables, habitaciones no adaptadas a las necesidades de los pacientes, máquinas específicas averiadas, bajo mínimo de camas para atender a pacientes en UCI, obras paralizadas, profesionales en todo el hospital desbordados por falta de personal. En definitiva, el Hospital Universitario de Albacete es incapaz de cubrir las necesidades de sus ciudadanos.

    No buscamos culpables, buscamos soluciones y que esto sirva para que mejore el Servicio de Sanidad de Albacete.

    Mientras tanto, esperamos que el próximo martes día 19 de abril sea intervenido finalmente como está nuevamente programado, aunque cada vez perdemos más la ilusión y confiamos menos en esta Sanidad Pública.

    Familiares de Isidro Moya Martínez (Albacete)