• La habitación compartida impide la confidencialidad

    ¿Cómo se puede hablar con el paciente si no hay intimidad? “La información proporcionada en la habitación compartida vulnera radicalmente el derecho a la confidencialidad del paciente sobre sus datos personales, sobre su salud, especialmente protegidos por la legislación, e impide el deber del profesional a guardar el  secreto sobre dichos datos, incumpliéndose toda la legislación vigente y acuerdos nacionales y tratados internacionales firmados al respecto por nuestro país”. El III Congreso Nacional de Comunicación con el  Paciente Oncológico y su Familia (CIPO 2017), celebrado en Albacete, ya tiene sus conclusiones.

    CIPO ha ratificado la trascendencia de una correcta comunicación entre el profesional sanitario, el paciente y su familia, como un pilar fundamental e ineludible de la asistencia sanitaria.

    Una vez más, este congreso ha insistido en la conveniencia de que el paciente conozca toda la información sobre su proceso, de acuerdo también a la legislación vigente, pero a su vez se insiste en su derecho a no recibir la información que no desee, derecho  que también ampara la ley y que el profesional está obligado a respetar.

    Se insiste en la necesidad de encontrar la verdad tolerable, que es aquella que el paciente puede asumir en un momento dado sin que se le causen graves daños psicológicos e incluso con repercusión física negativa en su enfermedad.

    Se ha considerado más conveniente gratificar una comunicación bien realizada que la penalización de la mal realizada, aunque se ha planteado la posibilidad de medidas correctoras, totalmente aceptadas en los casos puntuales de graves alteraciones y en aquellos excepcionales de lo que se podrían considerar incluso malos tratos psicológicos.

    Una vez más, se insiste en la necesidad de la adecuada información al paciente, con cumplimentación correcta del Documento Informado y consentimiento explícito.

    El número de reclamaciones o quejas relacionadas con la comunicación es muy bajo respecto al número total de atenciones prestadas, pero CIPO también ha subrayado que no por ello se puede aceptar una tolerancia o pasividad ante los casos registrados, debiéndose adoptar todas las medidas necesarias para evitarlos.

    Se han planteado interesantes propuestas de atención y apoyo también al profesional, y otras controvertidas como el registro por grabación de la información proporcionada en los casos de especial gravedad de decisión; también otras avanzadas como que el paciente pueda realizar sus propias anotaciones en su historia clínica.

    Se considera que hay medidas de microgestión al alcance de los profesionales que pueden mejorar la humanización de la asistencia, como la adecuación de espacios ya disponibles infrautilizados.

    CIPO ha planteado finalmente que las políticas o actuaciones de humanización actuales deben  ir acompañadas de las medidas de gestión y recursos necesarios, incluidos por ejemplo el facilitar al profesional los tiempos y medios necesarios para una correcta comunicación con el paciente y su familia y la disminución del número de pacientes en las habitaciones, mediante la utilización de los recursos y habitaciones disponibles no utilizadas; conllevaría también por tanto facilitar progresivamente el mayor número posible de habitaciones individuales, siempre que sea deseable clínica y socialmente.

    El congreso contó con representantes tanto políticos como de las asociaciones de pacientes y profesionales.