La maldición de la resonancia

La resonancia del camión también falla. Instalada el pasado 14 de octubre en la entrada del Hospital General de Albacete, la máquina portátil llegó para actuar mientras se arreglaba la vieja resonancia del centro sanitario, pero ahora no funcionan a pleno rendimiento ni la primera ni la segunda. Este fin de semana se ha averiado la resonancia del camión. Y es que las averías en las pruebas diagnósticas se han convertido en el nuevo talón de Aquiles del Sescam.

Está previsto que la renovación de la resonancia magnética dure entre cuatro y cinco semanas y cueste medio millón de euros. La idea es un cambio de piezas y programas, conservando el imán, que permita recuperar una máquina que dé imágenes de mayor calidad en menor tiempo.

El hecho de instalar mientras tanto una unidad móvil permitía evitar las derivaciones a la sanidad privada y su coste, pero el camión se ha enfrentado este fin de semana a su primera avería.

Hasta setenta pacientes se desprogramaban el lunes por la mañana y algunos veían con desconcierto cómo tenían que regresar a sus casas después de desplazarse hasta 100 kilómetros para someterse a una resonancia, prueba diagnóstica que el Sescam sólo puede llevar a cabo en el Hospital General. Enfermería los remitía a Atención al Paciente mientras les explicaba que ya los volverían a llamar. No obstante, a las 14,35 horas, el Sescam aclaraba que las pruebas se estaban haciendo con “normalidad”.

Precisamente, este lunes el Diario Oficial de Castilla-La Mancha publicaba “la formalización del contrato: Suministro de la actualización de las resonancias modelo Intera 1.5 Master/Nova de la marca Philips, de los hospitales de Albacete (Complejo Hospitalario Universitario Albacete) y el Hospital General Universitario de Ciudad Real” por valor de 999.994 euros.

La resonancia del Hospital General de Albacete, la única que tiene el Sescam en la provincia, costó hace dieciséis años 1,2 millones de euros.