• La Manchuela, epicentro científico

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    Fotografía de familia. Richard Morris es el primero por la izquierda. El anfitrión, Salvador Martínez, es el tercero sentado por la derecha y está junto a Constantino Sotelo.

    Abengibre, un pequeño pueblo de La Manchuela albaceteña, ha reunido a científicos punteros en el estudio del cerebro. En el garaje de una casa de pueblo, antigua posada, los investigadores, liderados por el catedrático Salvador Martínez, han debatido sobre la burocracia, los problemas de financiación o cómo modificar genéticamente ratones para comprender qué genes están detrás del alzhéimer, el párkinson, la epilepsia y hasta el autismo. Además, en NeuroAbengibre 2016 se ha puesto sobre la mesa el último ensayo clínico sobre la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

    Salvador Martínez ha hecho de su pueblo, Abengibre, la capital de las neurociencias. Y es que durante dos días, todos los años desde hace más de una década, revoluciona La Manchuela. Todos los científicos con la misma camiseta, la que el propio catedrático diseña cada año para el evento, pasean como si se tratara de un grupo de excursionistas cualquiera, pero entre ellos hay nombres de prestigio internacional.

    Se reúnen para huir de la rutina y poner en común líneas de investigación con las que cada uno trabaja a miles de kilómetros de distancia, ya sea desde París, Italia, Alemania o Alicante

    Martínez, director del Instituto de Nurociencias de Alicante, es un referente mundial en la investigación del cerebro. Premio Extraordinario de Licenciatura y de Doctorado, además de catedrático, se ha formado en los mejores centros, como el Hospital de la Salpetriere, en París, o en San Francisco, en el Nina Ireland Neurogenetics Lab. Pero el de Salvador no es el único nombre que llama la atención, a la cita de Abengibre le han acompañado científicos como el también médico Constantino Sotelo, quien ha estado más de cuatro décadas investigando el cerebelo.

    De trato cercano, llegaban al pueblo sin alardes, con coches modestos y ganas de disfrutar de los pequeños detalles de unos días fuera del laboratorio. Entre estos científicos también ha estado, como uno más, Richard Morris, quien cuenta con el premio más importante del mundo en Neurociencias, el “Brain Prize”, considerado el nobel de los investigadores del cerebro.

    NeuroAbengibre 2016 se despide con la intención de repetir el próximo año y compartir nuevos avances, aun sabiendo que se trata de una labor callada. El suyo es un trabajo de décadas de esfuerzo y estudio, un empeño vocacional que ni da grandes resultados a corto plazo ni sus protagonistas ven reflejado en sus cuentas corrientes. Sin embargo, siguen la estela de Ramón y Cajal, cada uno aspira a poner su escalón para que el que venga detrás pueda subir.

    Un albaceteño en la cima de las neurociencias

    ¿Por qué Abengibre?