Todo el mundo conoce el término “píldora” porque es un medicamento que está en el dispensario diario de cualquier médico…, pero ¿conocemos sus efectos, su acción, sus ventajas…? ¿o simplemente es ese medicamento que se toma habitualmente por gran parte de la población femenina?
En España se inició la toma de la Píldora de manera legal en 1978, pues hasta entonces, cuando se usaba, era para el tratamiento de procesos hemorrágicos fundamentalmente y no como anticonceptivo oral. Desde esa fecha su consumo es legal, habiendo estado prohibida hasta ese momento por la tendencia del régimen anterior de pro-natalista y además, por motivos religiosos.
El descubrimiento de este medicamento se achacó durante mucho tiempo a un médico austriaco, dejando en el olvido a quien fue el auténtico artífice de su producción y salida al mercado, que fue un químico mejicano, el profesor Miramontes.
Actualmente es el anticonceptivo más usado en España, calculándose que se usa en un 30% de la población que recurre a métodos para evitar el embarazo. Su composición integra dos tipos de hormonas (estrógenos y progesterona), y existe en el mercado en diferentes dosis y vías de uso, así pues, encontraremos comprimidos, implantes, anillos vaginales, parches e inyectables, teniendo todos ellos composición hormonal similar.
También existe en el mercado la llamada “píldora pobre”, ésta usaría únicamente un tipo hormonal de los dos que habitualmente lleva; y la “píldora del día después”, siendo esta última muy usada por la población femenina como método de emergencia.
La Píldora ha tenido y tiene “mala prensa” por parte de muchas usuarias, encontrándonos múltiples opiniones en contra y señalando efectos negativos que probablemente no fuesen de la píldora , pero las opiniones son frecuentes y diversas en este tipo de medicación.
En este pequeño artículo, quisiera romper una lanza sobre un medicamento al que yo comparo con la aspirina y la penicilina, es decir, un medicamento que ha salvado vidas, impidiendo embarazos no deseados, embarazos ectópicos, así como trastornos menstruales de muy diverso origen, siendo por tanto un medicamento de los más utilizados en el mundo entero y que ha ido mejorando tanto en su composición como en su dosis en los últimos años. Por tanto, como ginecólogo, considero que para las mujeres su descubrimiento y su posterior uso por millones de pacientes en todo el mundo abalaría el ser uno de los grandes medicamentos descubiertos en el siglo XX.
Es cierto que se ha hablado de mucho de efectos secundarios, siendo la mayoría de ellos achacados a su uso, pero mi opinión es que muchos de ellos son falsos, aunque muchísimas personas atribuyeran de manera equivocada a su toma.
Lo más importante sería, en su caso, las contraindicaciones, es decir aquellas pacientes en las cuales por motivos médicos estaría contraindicado su uso, y es ahí donde el médico debería de fijar claramente las mujeres que pueden recurrir al tratamiento y las que no.
En fin, medicamento al que auguramos larga vida todavía, en espera de los anticonceptivos futuros tanto para el hombre como para la mujer, que ya se encuentran en fase de estudio y desarrollo, aunque no comercializados.