• Hacinados en la sala de espera del Perpetuo Socorro

    El día 20 de marzo, en el Hospital Perpetuo Socorro de Albacete, estarían citadas para operarse unas 18 personas, aproximandamente, que, con sus familiares, seríamos unas 50 o 60 hacinadas en una sala de espera de veinte asientos.

    Allí estábamos todos a las 7:30 de la mañana para que algunas entraran a operarse a las 12:00 o 12:30 después de 2, 4 y 5 años de espera. Y no salir hasta las 5 o 6 de la tarde.

    Luego, a mediodía, los celadores de admisión de quirúrgicos se van y no queda nadie. Llaman a las familias por megafonía y las dejan esperando sin ningún tipo de información sobre su familiar.

    Los nervios por la operación, el madrugón, las horas de ayuno, la desinformación o la falta de un simple asiento (no todos los acompañantes son jóvenes) me han llamado la atención. ¿Tanto cuesta cambiar estas situaciones?

    Laura García (Albacete)