Perdió a su madre cuando sólo tenía tres años. Llanos Moratalla falleció durante el parto de un cuarto hijo que también murió. Aquella fatalidad del destino marcaría a José Martínez Moratalla hasta el punto de que se empeñaría, además de en estudiar Medicina, en especializarse en Ginecología, con el fin de ayudar a que otros niños no tuvieran que pasar como él por el trance de crecer sin madre. De hecho, no se crio junto a sus hermanos, Jorge y Cándido, sino que se hicieron cargo de él unos tíos suyos que no podían tener hijos, Ana María Moratalla y Jesús Moraga.
Superó una infancia huérfana aunque feliz y le sorprendió la Guerra Civil cuando cursaba con éxito segundo de Medicina, pero Martínez Moratalla alcanzó su meta. El 18 de octubre de 1943 se inscribía en el Colegio de Médicos de Albacete, en cuanto acabó una carrera que se alejaba de la tradición familiar, ya que su padre era ganadero y su tío el conserje de la Plaza de Toros. Eso sí, su vocación, que le acompañaría durante toda la vida, resultaría contagiosa. De sus cuatro hijos, José Manuel, María Consuelo, Jesús y María Teresa, tres serían médicos, y de sus doce nietos, cinco también seguirían sus pasos.
Sus pacientes lo recuerdan como un médico, cercano y cariñoso, que era todo un referente en Ginecología. Honesto, sencillo y de optimismo contagioso, el doctor Martínez Moratalla era un trabajador incansable. En cuanto tuvo la oportunidad, empezó con las citologías vaginales para la detección precoz del cáncer de cérvix, las ecografías o lo que supondría toda una revolución en su época, la inseminación artificial.
Profesor
Además de pionero en el ejercicio de su profesión, sería uno de los fundadores de la Escuela de ATS del Sanatorio Santa Cristina, junto a los doctores Sánchez Ibáñez, González Reolid, López-Galiacho, Gotor, Ferrándiz o Gutiérrez Córcoles. Martínez Moratalla era el autor del libro de Obstetricia y Ginecología con el que estudiarían decenas de generaciones de enfermeras. También fundó con otros compañeros, como Pérez Romero y Mansilla, la Sociedad Médica de Albacete.
El Sanatorio de Gaspar, Santa Cristina, la vieja residencia –hoy Perpetuo Socorro- o las consultas en las calles de Isaac Peral y Paseo de la Libertad dibujan el periplo de este médico por su ciudad, Albacete, donde compaginó el ejercicio de su profesión en el ámbito público y privado.
El doctor Martínez Moratalla falleció, a los 81 años, el 27 de febrero de 1998. Aún vive su viuda, Consuelo Rovira, a quien conoció en Alicante en 1935. Ella sería su apoyo durante más de sesenta años, ya que fueron inseparables prácticamente desde la adolescencia.
Precisamente, la memoria de Consuelo Rovira, los recuerdos de sus pacientes y la documentación que atesoran sus hijos sirven hoy para recordar la figura de quien perteneció a una generación de médicos que Albacete no debe olvidar.
Formación
Martínez Moratalla fue compañero de estudios de Ángel Gaude, Miguel Rueda, Manuel Sánchez o Julio Millán. Estudió la carrera en la Facultad de San Carlos de Madrid, hoy sede del Colegio de Médicos y del Real Conservatorio de Música. También cursó un año en la Facultad de Salamanca. Después de la Guerra Civil, que pasó destinado como sanitario en la zona de Teruel, se especializó en Obstetricia y Ginecología en el Hospital de la Cruz Roja de Madrid, bajo la tutoría del doctor Francisco Luque Beltrán, el jefe de servicio.
Martínez Moratalla falleció antes de ver el siglo XXI, pero este albaceteño, alumno de Escolapios y del Instituto Bachiller Sabuco, formaría parte de una generación de médicos capaz de dotar a la sanidad de un prestigio que va más allá de los vaivenes políticos.
Un comentario
Pingback: Albacete despide a su médico más longevo – Diario Sanitario de Albacete