• Más de 93.000 pacientes, en lista de espera

    El Sescam vuelve a felicitarse por la gestión de las listas de espera, optimismo que no comparten todos los profesionales sanitarios, sobre todo en el caso de los hospitales de Toledo y Albacete. En cualquiera de los casos, el Sescam asegura en un comunicado que las listas de espera sanitarias se mantuvieron por debajo de los cien mil pacientes al cierre del año 2017 y con demoras medias notablemente más bajas que las registradas hace cuatro años, según las estadísticas que maneja la directora gerente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, Regina Leal.

    Tal y como publica el Portal de Transparencia y Salud de la Consejería de Sanidad, las listas de espera se situaron al finalizar el pasado mes de diciembre en 93.535 pacientes, lo que supone 54.011 menos que al cierre del año 2013, un 36,6 por ciento menos que en segundo año de la legislatura anterior.

    La lista de espera quirúrgica se situó en 36.180 pacientes, muy lejos de los 42.710 pacientes que había a finales de 2013; la de consultas con el especialista se cerró con 49.889 pacientes, un 43,7 por ciento menos que hace cuatro años; y la de técnicas diagnósticas en 7.466 pacientes.

    La directora gerente del Sescam ha trasladado el agradecimiento de su equipo directivo, de la Consejería de Sanidad y del Gobierno de Castilla-La Mancha, a los 25.409 profesionales que trabajan en el sistema sanitario público regional “por su profesionalidad e implicación”. Una implicación, ha apuntado, que se ha visto reforzada por la apuesta que está realizando el Gobierno regional en la gestión por una Sanidad pública potente, con líneas de actuación muy claras.

    Incremento de la actividad asistencial

    Por otra parte, ha destacado la apuesta de la Consejería de Sanidad por la implementación de diferentes estrategias de trabajo “que están demostrando ser eficaces y que pasan por algo tan simple y tan sencillo como aumentar la actividad de nuestros centros hospitalarios”. A este respecto, ha señalado que es lógico que los notables incrementos de actividad asistencial hospitalaria como los que está experimentando en los dos últimos años el Sescam, vengan acompañados de disminuciones igualmente notables de las listas de espera.

    Como ejemplo de estas afirmaciones ha enumerado algunos datos obtenidos de enero a noviembre del año pasado, como el incremento del tiempo disponible en quirófano, que se situó al finalizar el año pasado en 147.772 horas frente a las 144.386 de hace cuatro años; a las 72.000 consultas más realizadas por los especialistas que en 2013; o a las 32.000 resonancias magnéticas más hechas con recursos propios que en el segundo año de la legislatura anterior.

    También ha puesto en valor la incidencia que ha tenido en la reducción de las listas de espera la implementación del trabajo en red y que en el ámbito quirúrgico ha permitido que 1.634 pacientes introducidos en lista de espera en su centro de referencia hayan accedido a ser intervenidos en otro hospital público regional. En el ámbito diagnóstico, de las más de 88.000 resonancias magnéticas realizadas hasta noviembre de 2017, más de 25.000 se han realizado en red, sin tener que haberse derivado a clínicas privadas.

    Sobre este último aspecto, ha insistido en la importante disminución registrada en el número de derivaciones a clínicas externas, tal y como constata el último informe remitido a las Cortes de Castilla-La Mancha, correspondiente a los nueve primeros meses de 2017. Así, en ese periodo no se derivó ningún paciente para consultas externas; en procesos quirúrgicos fueron 2.800, muy lejos de las cifras de 2014; y en técnicas diagnósticas unas 40.500, también inferior a los últimos años de la anterior legislatura.

    La directora gerente del Sescam ha señalado que si hasta ahora el trabajo se ha centrado en estabilizar el número de pacientes en lista de espera, llegando a cifras muy similares a las que había en el año 2010, el objetivo en el que se viene incidiendo desde hace varios meses es la reducción de las demoras medias, es decir, el tiempo que espera un paciente para ser intervenido quirúrgicamente, para una primera consulta con el especialista o para una prueba diagnóstica.

    A este respecto, ha indicado que este trabajo ya está empezando a dar resultados y al cierre del mes de diciembre la demora media para una intervención quirúrgica se situó de 163,3 días, frente a los 167,7 días en los que se fijó a finales del año 2013; en consultas externas se ha logrado una demora media 24 días inferior a la que había hace cuatro años, situándose en 45,71 días; mientras que en técnicas diagnósticas fue de 50,63 días frente a los 67,15 del año 2013.