• Me voy, pero no sin decir lo que pienso

    El Autor

    Vicente Calatayud

    Jefe del Servicio de Neurocirugía del Complejo Hospitalario de Albacete

    Supongo que cuando a uno le gusta lo que hace, está, como se decía antes, enamorado de su trabajo, el día a día resulta más llevadero, disfrutas con lo que haces, sabes que tendrás días buenos, muy buenos, duros, difíciles y otros que te gustaría que el despertador no hubiera sonado, pero en conjunto eres feliz con lo que haces y porque lo haces.

    Yo soy un enamorado de mi trabajo, disfruto haciendo lo que hago, sencillamente me gusta lo que hago y tengo la suerte de poder trabajar con compañeros que igualmente disfrutan con su trabajo, y eso hace que los días difíciles lo sean menos, y haberlos los hay, por la gravedad de nuestros procesos. Pero a pesar de que me encanta mi trabajo, todo tiene un principio pero también un final y el mío poco a poco se está acercando. Dentro de unos meses pasaré a formar parte de esos otros profesionales que dejan lugar a la gente joven porque lo hacen también o mejor que nosotros. Pero aún queda algún tiempo durante el cual seguiremos cuestionando lo que consideramos que no funciona en la sanidad pública de nuestra comunidad.

    Siempre he mantenido que nuestros gestores, independientemente del partido que sean, no dicen la verdad respecto a los pacientes que esperan una solución quirúrgica y de atención de sus problemas, que nos engañan, y que lo hacen sabiendo que nos engañan.

    Nuestros gestores siempre nos han engañado

    En general, la ciudadanía bastante tiene con los problemas diarios, con saber si llegan a fin de mes o no, con los problemas de sus hijos en edad escolar, o si encuentran trabajo o no, o si el marido o la mujer deja de tener trabajo, en fin, todos sabemos de qué hablo. Son problemas reales, como para encima ponerse a mirar unas listas que ni entienden ni saben cómo preguntar, solo saben que su lista no progresa y pasan semanas, meses y por qué no, años, y no obtienen respuesta.

    Yo estoy en la otra parte de la barrera, quien teóricamente debería dar respuesta a sus problemas sanitarios. Soy el receptor de sus quejas como otros muchos compañeros, y últimamente son tantas las que recibimos y sin posibilidad de darles solución que nos vemos obligados a dar respuestas incomprensibles para quienes las reciben tales como: “En contestación a su escrito con fecha… le informo que usted ocupa el puesto numero 321 de nuestra lista de espera, que su problema no entra dentro de las prioridades del Sistema de Salud de Castilla-La Mancha, ya que, como bien sabe, radica en terminar el aparcamiento del hospital, los accesos al mismo y la pasarela que comunica la Facultad de Medicina con el hospital. No obstante, haremos todo lo que esté en nuestras manos para solucionarlo lo antes posible”.  Algo que puede herir la sensibilidad de cualquiera, pero que es una realidad, ya que no somos nosotros quienes manejamos los medios que se nos conceden.

    Cada uno debe hablar de lo que sabe y mantenerse al margen de lo que desconoce para no decir barbaridades

    Por suerte para mí, sí entiendo de listas de espera, por desgracia para los que las elaboran, también entiendo de listas de espera, y me he permitido, tomando como referencia los Datos de Listas de Espera de Castilla-La Mancha, elaborados por la Junta, el Sescam, analizarlos en los tres servicios de Neurocirugía de la Comunidad, Toledo, Ciudad Real y Albacete. Al tiempo, he querido saber los datos de radiología de los tres hospitales, para establecer comparaciones, y mi gran sorpresa es que en ninguno de los hospitales hay datos, la Radiología, los TACs, RMNs, radiología simple, mamografías…no existen datos en el Sescam que se puedan contrastar, dónde está esa transparencia de datos del gobierno de García Page,  de su consejero de Sanidad, de su gerente. En fin, tampoco hay que extrañarse cuando el actual consejero de Sanidad era gerente de Ciudad Real no podíamos obtener datos de la actividad de  algunos servicios de su Hospital.

    Cuando analizamos los datos de los Servicios de Neurocirugía de la Comunidad, no salimos de nuestro asombro. Comenzaré por el más antiguo el de Albacete. En agosto, el último mes, tenemos 563 pacientes pendientes de cirugía con un tiempo medio de espera de 315,62 días. Con los medios que el hospital nos concede, cuatro quirófanos semanales, es imposible pensar que la lista progrese, ya que la actividad de consultas externas se mantiene. Desde nuestro servicio se han realizado propuestas a la gerencia y servicios centrales que sistemáticamente han sido denegadas.

    Toledo, agosto, 303 pacientes con un tiempo medio de 159,3 días, desconocemos las condiciones y posibilidades de Toledo, pero puedo entender que sean las mismas que en Albacete.

    Ciudad Real, agosto, 4 pacientes con un tiempo medio de 99 días.

    Incomprensible, hay algo que no cuadra para poblaciones similares. Si yo fuera gerente del Sescam, indagaría y pondría orden el los servicios de Toledo y Albacete o en Ciudad Real los números no son correctos.

    En esta legislatura, como en la anterior, las listas -nunca sabremos cuales son- se usan, elaboran y manejan según conveniencia del que la presenta. Para la Consejería de Sanidad y Gerencia del Sescam, este verano hemos intervenido miles de pacientes, para los cirujanos como yo una vez más ha sido un desastre, hemos vuelto a perder oportunidades de cumplir con los ciudadanos esos que ponen a nuestros políticos en el lugar que ocupan.

    Hoy me han dicho hablando de estos temas “no todo es tan fácil como parece, tú lo sabes, hay veces que es mejor callar”. O lo que se atribuye a los clásicos: “Eximia virtus est praestare silentia rebus” -“Eximia virtud es saber callar a tiempo”.  Confucio decía que el silencio es un amigo que no traiciona nunca.

    Sin embargo, para la sanidad pública prefiero el siguiente principio jurídico y por el que seguiré  esforzándome: “Expedit rei publicae ne sua re quis male utatur” – “Conviene a la causa pública que nadie use más de sus cosas”.