• Morir en Urgencias

    La muerte se afronta mal en el ámbito sanitario, máxime en Urgencias, sin recursos, formación o espacio para ello. Enfrentarse al final de la vida es tan difícil como inevitable, de ahí que un equipo de enfermeras albaceteñas haya optado por demostrar con datos lo que era un secreto a voces, que los servicios sanitarios, en este caso Urgencias, necesitan mejorar. De hecho, aquí no existe un lugar adecuado para el paciente terminal.

    En una provincia como Albacete mueren más de 3.000 personas al año y el final no suele llegar en casa. ¿Cómo se afronta la muerte en Urgencias? ¿Qué conocimientos hay entre los profesionales sobre las voluntades anticipadas? ¿Se debe evitar el final a toda costa?

    La mayoría de los encuestados -el 94,4%- cree que es necesario recibir formación sobre todo lo que conlleva el proceso de la muerte. Y es que el 68,8% reconoce que no ha recibido preparación para ello y el 71,5% asegura que le cuesta comunicarse tanto con el paciente como con el familiar.

    El paso del tratamiento curativo al paliativo es de los más complicados. El personal de enfermería cree que debe ser el equipo en consenso con la familia y el paciente (69,2%) quien debe elegir. Sin embargo, el 42,3% de los facultativos piensa que la decisión la deben tomar ellos junto con la familia y el paciente.

    En la encuesta se preguntó específicamente sobre las voluntades anticipadas, con el fin de averiguar el conocimiento que tienen en este campo los profesionales sanitarios. El 57,5% las conoce, pero no sabe tramitarlas, mientras que un 13,2% muestra desconocimiento.

    A este equipo, formado por las enfermeras Verónica Contreras Martínez,  Beatriz Escudero Márquez, Mª Teresa Ruiz Martínez, Mª Llanos Cózar López, Mª Dolores Molina Navarro y Mª Rus Torrente Paños, le ha llamado la atención el gran porcentaje de facultativos que cree que la decisión la deben  tomar ellos en consenso con la familia y el paciente. “Pensamos que el abordaje se debe hacer desde un equipo interdisciplinar”.
    Asimismo, advierten de que en el estudio “queda patente que no existe un lugar adecuado para el paciente terminal, y aunque en un servicio de urgencias es complicado, se debería habilitar uno”.

    Más de la mitad de los encuestados considera que no se puede negar un abuso y encarnizamiento terapéutico con el paciente terminal, de ahí la importancia de esa línea que separa el paso del tratamiento curativo al paliativo.

    En conclusión, el personal de los Servicios de Urgencias considera mayoritariamente la muerte como una situación habitual, siendo los facultativos quienes dicen verse más afectados. En general, los encuestados consideran que no hay un lugar adecuado para el paciente en estado terminal, al tiempo que reconocen que falta formación para mejorar la comunicación e información para la tramitación de las voluntades anticipadas.

    Cuatro de las seis firmantes del trabajo, en la XXXI Jornadas del Día internacional de la Enfermería.