• Ni fumar ni vapear

    Si duda entre coger un cigarrillo tradicional o uno electrónico, apueste por la tercera vía, ninguno de los dos. Éste es el consejo del neumólogo Raúl Godoy, que se apoya en las conclusiones del Ministerio de Sanidad. Y es que, a corto plazo, se han hallado efectos fisiológicos adversos en las vías respiratorias de quienes “vapean” similares a aquellos que fuman tabaco. Aunque son necesarios más estudios para conocer los efectos a largo plazo, se han encontrado sustancias cancerígenas tanto en los líquidos como en el vapor de los cigarrillos electrónicos, así como se han descrito numerosas intoxicaciones y efectos adversos relacionados con estos productos, algunos severos.

    Parece que la burbuja de los cigarrillos electrónicos también ha pinchado, pero la venta sigue ahí y las consecuencias a largo plazo son impredecibles por la novedad del producto. No obstante, ya hay evidencias científicas suficientes como para evitar su consumo. De momento, los principales efectos secundarios descritos en los informes del Ministerio de Sanidad son irritación de boca y garganta, tos seca, sensación de mareo y náusea.

    Además, Sanidad advierte de que existe un gran desarrollo del mercado, de forma incontrolada. “No han demostrado su seguridad y existen potenciales riesgos para la salud asociados a su uso y exposición. Tampoco se ha demostrado eficacia en la ayuda para la deshabituación aunque es una creencia muy extendida”.

    Asimismo, a las autoridades sanitarias les preocupa que estos nuevos cigarrillos sean una “potencial puerta de entrada a la adicción a la nicotina y al consumo de tabaco entre los jóvenes y no fumadores”.

    Se sabe que sus ingredientes no son inocuos, pero tampoco se tiene clara su composición, tal y como advierte el ministerio: “Escasa información sobre sus ingredientes en el empaquetado y deficiencias en la declaración, que se ha encontrado en muchas ocasiones incorrecta. Potenciales problemas técnicos y riesgo de sobredosis. Gran variabilidad en la composición del aerosol y los niveles de nicotina”.

    No está claro que ayuden a dejar el tabaco y, aunque emiten vapor y no humo, los cigarrillos electrónicos también pueden generar víctimas pasivas. “La utilización de estos productos genera emisión de propilenglicol, partículas PM2.5, nicotina y sustancias cancerígenas que pueden contaminar los espacios cerrados, con los consecuentes riesgos por exposición pasiva”.

    Por tanto, la recomendación de neumólogos como Raúl Godoy es clara, no se debe fumar, ni humo ni vapor.

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