• Sin fármaco para la sordera

    La sordera asociada a la edad se previene, pero carece de tratamiento farmacológico. El ruido se acumula y el oído no perdona. Si el paciente ha estado sometido a grandes intensidades durante largos periodos de tiempo, tiene todos los puntos para perder audición a pasos agigantados.

    sordera
    El otorrino reconoce a una paciente.

    La sordera conocida como prebiacusia, de tipo neurosensorial, aparece a partir de los 55 años y consiste en la pérdida de tonos agudos. El paciente no se queja de que no escuche sino de no entender lo que le dicen. El problema es que llegados a este punto, poco se puede hacer. No hay tratamiento farmacológico, por lo que la única solución pasa por el audífono.

    La clave está, por tanto, en la prevención. Proteger el oído equivale a retrasar esa prebiacusia, de ahí que el Servicio de Otorrinolaringología del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete haga hincapié en la importancia de evitar el ruido. Su jefe, el doctor Tomás Antonio García Fernández de Sevilla, ha explicado que hay oídos predispuestos a esa sordera, pero, incluso en esos casos, la prevención se notaría.

    La presbiacusia suele aparecer a partir de los 55 años

    Y es que el oído, como la piel, tiene memoria. Tarde o temprano, los excesos aparecen. “El ruido se acumula. Cuentan la cantidad y el tiempo de exposición”. Así, el doctor García iría a una tamborada; no prohibiría a un paciente trabajar en una serrería o acudir a un concierto, pero en todos los casos usaría y recomendaría tapones para proteger los oídos.

    Ahí, en el caracol, es donde se produce la sordera.
    Ahí, en el caracol, es donde se produce la sordera.

    El oído tiene memoria; con el tiempo, los excesos se pagan

    El 3 de marzo se celebra el Día Internacional de la Audición. Sin embargo, no es cuestión de días sino de información y de formación. Para evitar la sordera, es imprescindible protegerse ante el ruido. También es importante evitar medicamentos que dañan al oído, como algunos antibióticos.

    Una vez que el daño ya está hecho, la solución pasa por un tratamiento protésico, es decir, por un audífono que se debe poner cuanto antes. Si el paciente espera a perder más audición para tomar esta medida, le resultará más complicado adaptarse.

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