• Para la seguridad del deportista, sensatez

    El Autor

    María Dolores Masiá Mondéjar

    Responsable del Servicio de Cardiología Deportiva del Hospital IMED Levante/Elche

    Me encantaría poder decir otra cosa, como por ejemplo que si todos los deportistas se hiciesen una prueba de esfuerzo acabaríamos con la muerte súbita en el deporte, pero no es verdad. Ojo, no estoy diciendo que no sea importante, intento explicar que muchas veces la vendemos como un seguro de vida y evidentemente, seguros de vida en esto del deporte no hay (ni en nada en la vida, no es que hoy me haya levantado negativa, estoy siendo realista…).

    Me paso el día en contacto con el deporte, o bien valorando a deportistas o bien entrenando yo misma, y después de las experiencias que veo y leo cada vez estoy más segura de que lo que más protege al deportista es la palabra: SENSATEZ.

    El problema es que la sensatez debe tenerla no sólo el que corre sino todos los que estamos a su alrededor: entrenador, médicos, organizadores de eventos deportivos… y muchos profesionales más que sin duda son claves en su preparación.

    Comenzaré explicando la sensatez de los médicos. Quizás en nuestro caso diría más que sensatos, deberíamos ser sinceros o realistas. Por lo pronto, para mi gusto, sigo escuchando a muchos centros médicos que no sé por qué razón promocionan la prueba de esfuerzo y ni siquiera nombran al ecocardiograma, lo que provoca que siga siendo lo que más nos solicitan en nuestra consulta erróneamente. Pues bien, en un menor de 35 años, además del electrocardiograma (que es imprescindible en todos los grupos de edad), si queremos velar por su seguridad deberíamos hacerle un ecocardiograma antes que una prueba de esfuerzo, debido a que las causas que pueden provocar un evento fatal en estas edades son las estructurales (como problemas en las paredes del corazón, en las cavidades, en el origen de las arterias que le llevan sangre…) que se ven con el ecocardiograma y no con la prueba de esfuerzo. Evidentemente, es lógico pensar que cuanto más completo sea dicho reconocimiento más tranquilidad dará, por lo que incluir también la prueba de esfuerzo es algo positivo.

    En el grupo de deportistas máster (veteranos) digamos que el reconocimiento médico no es tan rentable como en los jóvenes, de ahí que diga que debamos ser realistas, porque parece que si se lo hacen ya están exentos de que tengan muerte súbita y no es así. Digo lo mismo que previamente, si estás estudiado pues menos probabilidades tienes de que te ocurra algo. Entonces… ¿qué sería lo ideal? Lo ideal es ser estudiado desde joven, para que así se pueda ir siguiendo la evolución, recomendar a todos los deportistas un electrocardiograma, que se hagan al menos un ecocardiograma (ya os diremos si precisáis seguimiento y cuándo) y el resto que lo decida el profesional responsable (intentaré hablar en otra ocasión de los beneficios y también de las posibles consecuencias de someterse a un reconocimiento médico). Ni nombro una palabra de los médicos que promocionan el dopaje, los cuales se han equivocado de carrera y ensucian nuestra profesión y el deporte en general.

    Lo que no puede ser es que os demos a entender que por hacerlas ya estáis 100% protegidos (si así fuese sería obligatorio hacerlo) por lo que también es imprescindible que intervengan otras figuras claves como puede ser el entrenador.

    Estamos ante un “boom” deportivo, con carreras todas las semanas, cada vez más duras y más largas. Algunos corredores sueñan con terminarlas y se buscan un entrenador para que les ayude (sin duda la mejor opción que pueden elegir). Hay que ser realista tanto con la preparación física del deportista como con el nivel de vida que hoy día se lleva. Se entrenan como los de élite, pero sin serlo, con muchas horas de trabajo extra a la espalda, familia y falta de descanso y recuperación. Se necesita una preparación muy progresiva y tiempo para completar algunas carreras, y en nuestras consultas cada vez es más frecuente ver a gente que se propone realizar un maratón (por no decir un ultra o un Ironman) sin que antes se pase por distancias menores. Es responsabilidad del entrenador ser sensato frente al deportista y frenarle cuando lo requiere, exigiendo que respete los principios básicos del entrenamiento, siendo esto completamente imprescindible (diría que igual o incluso casi más que un reconocimiento) para la salud del mismo. En estas carreras tan largas, puedes estar completamente sano, que por mala gestión o malos “avituallamientos” te puedes llevar un susto bastante gordo. Soy consciente de que la salud no es el objetivo principal de estas distancias, normalmente suele ser la superación personal, pero eso no quita para que las cosas se hagan bien. Si están bien gestionadas estas carreras las consecuencias para la salud son mínimas…

    Como podéis deducir, por desgracia, todos somos susceptibles de tener un evento fatal (o que algún ser querido lo tenga), y si ocurre esta desgracia, el tiempo de reacción frente a la parada es vital. El conocimiento no ocupa lugar, realizar una reanimación cardiopulmonar es algo muy sencillo que todo el mundo es capaz de hacer, sólo se necesita una cosa: formación. En todos los eventos deportivos (como mínimo) debería haber gente formada en RCP y saber cómo usar un desfibrilador. Deberíamos exigir que dichos acontecimientos estuviesen cardioprotegidos y animar a la población a que sepa reaccionar, por nosotros mismos y por nuestros seres queridos.

    Por último, no puedo dejar de nombrar que el más sensato para su salud debe ser el propio deportista. No puede ser (o no debería ser) que los demás profesionales estemos más preocupados por él que él mismo. Si haces deporte prepárate progresivamente para lo que vayas a realizar, plantéate en algún momento realizarte un reconocimiento médico y si es exigente y te lo puedes permitir cuenta con la ayuda de un entrenador. Si notas algo raro durante la carrera, no la termines, retírate y consulta con un médico ya que eventos deportivos hay muchos y vida sólo una (entiendo lo duro que supone retirarse de un evento que llevas preparándote mucho tiempo).  Se trata de hacer deporte cuantos más años mejor (incluye la alta intensidad), y un fallo puede suponer que ya no te pongas más las zapatillas, al menos para correr, terminando con tu vida como deportista que supone un pilar fundamental para tu día a día.

    Hay que ser sensato y tener algo de sentido común para poder hacer locuras deportivas.