• Pública y privada, historia de un binomio

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    El gran “tapón” de las listas de espera está en las pruebas diagnósticas.

    Sanidad pública y privada han convivido históricamente en Castilla-La Mancha. Pero el binomio ganó fuerza, sobre todo en Albacete, con las transferencias sanitarias. Desde que el Gobierno regional cogió las riendas de la sanidad, la Ley 8/2000 de 30 de noviembre permite al Sescam convenios o conciertos para prestar servicios sanitarios con medios ajenos. El año pasado se derivaron más de 7.900 procedimientos quirúrgicos y el presupuesto público para sanidad privada llegó a superar, en 2011, los 200 millones de euros.

    Toledo y Albacete son las provincias que más procesos quirúrgicos derivan a la sanidad privada, con más de 3.000 intervenciones anuales cada una. Frente a estas cifras, Ciudad Real no derivó ningún caso el año pasado, Alcázar de San Juan mandó 676 pacientes a los quirófanos de la sanidad privada, Cuenca llevó a 235 y Guadalajara a 477.

    Las derivaciones para pruebas diagnósticas son más llamativas. Más de 61.000 pacientes acabaron el año pasado en la sanidad privada para una prueba diagnóstica. Y es que, si bien la lista de espera es un problema tanto en consultas externas como en cirugía, el verdadero tapón está en Radiología, en los TAC y las resonancias magnéticas.

    Según estas cifras, cuya fuente es la Consejería de Sanidad, más de 69.000 pacientes tuvieron que ser derivados, sólo el año pasado, a la sanidad privada, la mayoría para pruebas diagnósticas, pero también para intervenciones quirúrgicas. Sólo Tomelloso derivó a 458 pacientes para consultas externas. De acuerdo con estas estadísticas, el primer trimestre de este año apunta a un descenso. No obstante, la cantidad presupuestada es muy similar a la del año pasado.

    En 2010, la atención sanitaria derivada a empresas privadas suponía un coste al Sescam de más de 191 millones de euros. En 2011, esta cifra subió a cerca de 202 millones de euros y, en 2012, con el cambio de Gobierno en Castilla-La Mancha, el descenso fue drástico, situándose en 145,6 millones de euros. Los conciertos con la sanidad privada se fueron reduciendo hasta el año pasado, cuando se quedaron en 123,2 millones de euros. Este año se prevé una inversión en este capítulo de 122,9 millones de euros.