• ¿Qué pasa cuando el enfermo es el médico?

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    Imagen de uno de los manuales que se pueden consultar en internet.

    El médico soporta un estrés constante. Aguanta a diario la presión a la que se somete él y a la que le someten sus superiores, los enfermos, los familiares y el día a día de un trabajo en el que los errores, aunque humanos, cuestan vidas. La profesión no es inmune a los problemas psicológicos ni a las adicciones. Por estos motivos, en 1998 nació PAIME, el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo. Uno de cada diez médicos sufrirá un problema de salud mental a lo largo de su carrera.

    El sexto congreso dedicado a este programa puso de manifiesto en 2015 que más de 3.000 médicos de toda España habían recurrido a él y el 90% había logrado recuperar tanto su vida como su trabajo. En el caso de Castilla-La Mancha, este programa está cofinanciado por el Consejo Autonómico de Colegios Oficiales y el Sistema Públicio de Salud (Sescam). Cualquiera puede recurrir a él a través del teléfono 651 555 206, donde, con absoluta confidencialidad le ofrecerán ayuda, tratamiento, rehabilitación e integración.

    La confidencialidad es clave en este programa

    Si fuese necesario un ingreso hospitalario, el enfermo sería derivado a la Unidad PAIME de Barcelona. Asimismo, los servicios ambulatorios de psiquiatría, adicciones y psicología son específicos para médicos enfermos.

    Y es que en la hoja informativa del programa, presente en el Colegio de Médicos, se parte de una premisa: “Los médicos no somos muy buenos pacientes sea cual sea el problema de salud que padecemos, pero en estos casos aún es más difícil”.

    El segundo grupo que más demanda el PAIME es el de los anestesistas

    Es común que el médico que enferma pida consejo a un compañero por teléfono o en un pasillo y que si se trata de una cuestión mental o adictiva trate, como el resto de la población, de seguir con su vida como si no sucediera nada.

    Según las últimas estadísticas del Sescam, el perfil del médico que recibe este tipo de ayuda es en su mayoría de Atención Primaria y de la sanidad pública, aunque el segundo grupo que más demanda este apoyo es el de los anestesistas. Tampoco están exentos los MIR, a pesar de que acaban de iniciarse en su contacto con el estrés diario.

    PAIME aconseja tanto si el problema lo tiene el facultativo que llama o uno de sus compañeros. Asimismo, el programa recuerda a los médicos que si ve un compañero enfermo que no pide ayuda y si observa riesgo de mala praxis tiene el deber deontológico de comunicarlo al colegio. Así, un médico enfermo, con problemas de adicciones o importantes trastornos psicológicos entraña un riesgo para él y para sus pacientes.

    Noches de guardia, días sin dormir, pacientes que se van, incomprensión de los familiares y el día a día de una persona con obligaciones familiares. La vida del médico no es fácil. De hecho, está comprobado que uno de cada diez sufrirá a lo largo de su vida profesional un trastorno mental o adicción a las drogas. En estos casos, el médico se convierte también en paciente.