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Son los Psicólogos Internos Residentes (PIR) y tienen más posibilidades de que les toque la Lotería, si juegan, que de obtener una plaza en el hospital público en el que deseen formarse. Albacete, por ejemplo, sólo oferta una plaza. Pero el 10 de febrero, igual que los médicos, los enfermeros o los farmacéuticos, los psicólogos se enfrentarán al temido examen, sólo que en su caso es el PIR y no el MIR. La decana del Colegio de la Psicología de Castilla-La Mancha, María Dolores Gómez, insiste en que el número de plazar PIR es “absolutamente escaso”, con 135 plazas para toda España, de las que únicamente siete corresponden a Castilla-La Mancha.
Como tutora de PIR, Gómez pide más plazas, al tiempo que recuerda la necesidad de especialidades como Oncopsicología, Neuropsicología o Psicología Infantojuvenil.
Cabe recordar que el Ministerio de Sanidad tiene registrados 30.663 aspirantes para un total de 7.998 vacantes ofertadas en la formación sanitaria especializada de 2018. Pero mientras que los médicos se enfrentan a dos aspirantes por plaza para convertirse en residentes de un hospital español, los psicólogos se encuentran con que hay más de 29 candidatos por puesto.
En Enfermería hay diez aspirantes por plaza y en Farmacia hay cinco. Los conocidos como MIR, EIR, FIR, PIR, BIR O QIR, médicos, enfermeros, farmacéuticos, psicólogos, biólogos o químicos, tendrán que emplearse a fondo para enfrentarse al temido examen que los convierta en internos residentes, que tendrá lugar el próximo 10 de febrero.
Psicología es la titulación en la que la oferta y la demanda están más descompensadas. En la mayoría de los hospitales españoles sólo se oferta una plaza, como ocurre en Castilla-La Mancha, con una plaza en Albacete, Ciudad Real y Talavera de la Reina y dos en Guadalajara y Toledo.
El panorama demanda más plazas PIR
A juicio de la presidenta de los psicólogos de Castilla-La Mancha, esta es la prueba de que “la salud mental importa poco”. Sin embargo, la depresión es la segunda causa de baja laboral. Según la Organización Mundial de la Salud, una de cada cuatro personas padecerá alguna enfermedad mental a lo largo de su vida.
Gómez tiene la certeza de que una mayor presencia de psicólogos en atención Primaria y Hospitalaria redundaría en beneficios para los pacientes y para la factura sanitaria. La presencia de psicólogos en los centros de salud evitaría que se cronificaran trastornos puntuales propios del ciclo vital, así como frenaría el abuso de ansiolíticos. También facilitaría una derivación más certera de los casos graves.
