• Sanidad analiza cinco aulas por los casos de glomerulonefritis

    La complicación de unas anginas bacterianas, causadas por estreptococos, ha acabado con el ingreso hospitalario de cuatro niños de un colegio por glomerulonefritis, una complicación que afecta al riñón. Después de activar el protocolo para estos casos, se han mirado con lupa cinco aulas, la mayoría de Infantil. Desde que saltó la alarma, dos de los cuatro menores han regresado a casa y los epidemiólogos de Sanidad han tomado muestras a 78 personas próximas a los afectados. Así, se ha descubierto que en el entorno de los menores hay 26 portadores asintomáticos, a los que se administrará penicilina.

    Todo indica que las anginas bacterianas se propagaron por el colegio de Pozo Cañada (Albacete) porque la mayoría de los contagiados son niños de Infantil con los que es muy complicado controlar toses, estornudos y, en definitiva, que se compartan fluidos. La infección habría saltado de un niño a otro con facilidad hasta que en cuatro de los casos se complicó con una glomerulonefritis, lo que obligó al ingreso hospitalario.

    La delegada provincial de Sanidad, la médico Blanca Hernández, ha lanzado un llamamiento a la tranquilidad y ha explicado que, aunque puedan aparecer nuevos casos, está todo bajo control. La complicación que han sufrido los menores no es usual, pero en más del 90% de los casos la glomerulonefritis se resuelve sin dejar secuela alguna en los riñones.

    Hernández ha explicado que, aunque los 26 portadores recibirán penicilina durante diez días, sus muestran se han enviado al Laboratorio de Majadahonda para saber de qué estreptococo se trata. Y es que el entorno de los niños se ha sometido a un test rápido que, aunque identifica el tipo de bacteria, no da todos los datos.

    Desde que se activó el protocolo, Sanidad ha contratado a un pediatra y ha desplazado a dos epidemiólogos a Pozo Cañada.

    Cabe recordar que la infección por estreptococo o anginas bacterianas es una enfermedad muy común entre los niños que se resuelve con antibiótico. Para prevenir su contagio, basta con tomar medidas higiénicas para que los niños no compartan fluidos de la garganta y la nariz. No obstante, es clave que los menores que presenten fiebre no vayan a clase hasta que se recuperen. Asimismo, se recomienda que, ante fiebre alta, el niño vaya al pediatra para que sea un facultativo quien resuelva si se trata de un caso vírico o de una infección que debe tratarse con antibióticos.