• Una médico hellinera combate la úlcera de Buruli

    cooperanteunoLa doctora Carmen María Bernal Mañas, especialista del Hospital de Hellín, acaba de terminar una experiencia de voluntariado en Costa de Marfil, donde ha podido atender a enfermos con úlcera de Buruli, una enfermedad infecciosa crónica y debilitante de la piel, que según la Organización Mundial de la Salud, está presente en 33 países de África, América, Asia y el Pacífico Oriental. 

    Carmen María acaba de regresar de la ciudad marfileña de Sakassou, donde ha pasado un mes y medio como voluntaria sanitaria gracias a la ONG Prokarde y a la congregación religiosa de las Carmelitas Misioneras. Esta ciudad de 20.000 habitantes cuenta con un hospital de referencia en el tratamiento de la úlcera de Buruli (“Centre Notre Dame du Carmel”) regentando por las Carmelitas Misioneras.

    Se trata de una zona endémica, rodeada de lagos y ríos, donde se dan muchos casos de meningitis, fiebre tifoidea, amarilla, sida y muchísimo paludismo. Ella misma, pese a las precauciones, contrajo esta enfermedad durante su estancia en África. De ahí la importancia, antes de viajar a estos países, de realizarse una correcta vacunación preventiva que combata estas infecciones.

    Porque además de las dificultades sanitarias, Costa de Marfil es un país inseguro donde apenas hace un tiempo había guerra civil, “en la casa donde vivía aún quedan balas incrustadas en una puerta”, cuenta Carmen.

    “Si no lo puedes pagar, te mueres”, afirma Bernal Mañas

    En este tiempo de voluntariado, la doctora del Hospital de Hellín se ha encargado también de diagnosticar paludismo, actualizar los equipos del laboratorio e informáticos, rehabilitación fisioterapéutica, punciones de bultos palpables y su diagnóstico, así como dar clases de español y realizar test VIH, como explica, “sólo en un mes se diagnosticaron 4 nuevos casos de sida”, una terrible lacra que sigue atacando al continente negro.cooperados

    De vuelta a España y tal y como ha explicado en la página web del Sescam, la doctora Bernal Mañas comenta que le gustaría volver, pero que su familia lo ha pasado muy mal durante su ausencia. Desde pequeña, sintió la vocación médica y desde siempre le había atraído la idea de ayudar en África. Se trae nociones de un idioma desconocido para ella como es el francés y sobre todo, una experiencia vital que sin duda le marcará para el resto de su existencia. “No podré olvidar al niño Drisa, con graves heridas en carne viva, y con el que jugué muchísimo, sobre todo al “Awalle”, un juego de estrategia que nos hacía olvidar por un momento tantos dolores”.

    Mientras aúna recursos y fuerzas para el regreso, Carmen María Bernal Mañas desempeña su trabajo en el Hospital de Hellín, donde ultima un libro en el que se darán a conocer los resultados de su estudio sobre la articulación temporomandibular que permita mejorar el diagnóstico y tratamiento de las lesiones de la misma. Esta tesis fue leída en octubre del año pasado y ha despertado el interés de investigadores, incluso de Japón.