La Atención Primaria de Salud (APS) es el «nivel» asistencial donde se produce el primer contacto y los sucesivos del paciente con el Sistema Nacional de Salud(SNS). Es donde se realizan la mayoría de los procesos de cuidados, donde se consiguen buena parte de los resultados de salud y se configuran la mayoría de las experiencias de los pacientes. La APS debe ser la unidad en sistemas sanitarios fragmentados y segmentados, y proporcionar el marco de referencia, basándose en los valores que posee.
Es el primer nivel de la asistencia sanitaria. Ofrece diagnóstico y atención a los principales problemas de salud, información y consejo sanitario, atención a la salud sexual y reproductiva y orientación en la asistencia social, entre otros servicios, así como un trato personalizado y de confianza.
Es el nivel básico e inicial de atención, que garantiza la globalidad y continuidad de la atención a lo largo de toda la vida del paciente, actuando como gestor y coordinador de casos y regulador de flujos.
La alta cobertura de este nivel asistencial explica en buena parte los buenos resultados del sistema sanitario público, solo alrededor de un 7% de los problemas de salud que atienden son derivados al Hospital.
El objeto de conocimiento de los profesionales de AP se encuentra en la persona como un todo, sin fragmentación entre lo físico, lo psíquico y lo social, e integrada en el entorno familiar y social. La continuidad en la atención a la salud lleva a estos profesionales a preocuparse por sus pacientes antes de que lleguen a serlo, realizando actividades preventivas, y a permanecer a su lado cuando la medicina curativa ha agotado sus recursos proporcionando cuidados paliativos.
Integración
Todos los componentes de los equipos de AP deben asumir unos objetivos comunes y establecer entre ellos vínculos funcionales que posibiliten un desarrollo armónico y conjunto de sus tareas, basado en la división funcional del trabajo y de las responsabilidades de acuerdo con la capacitación técnica de los diferentes profesionales que lo integran y no en una línea jerárquica vertical.
Actualmente, ante el aumento del sobreenvejecimiento de la población y el consecuente incremento de las enfermedades crónicas es preciso potenciar el papel de los profesionales de medicina y enfermería de AP como referentes de los pacientes con problemas de salud crónicos para el seguimiento de sus procesos y la activación de recursos.
Se potencia como núcleo asistencial de la cronicidad. Según datos de 2014, los principales motivos de consulta entre los adultos se refieren a enfermedades crónicas, como la diabetes, la enfermedad renal crónica y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Además, desde los centros de atención primaria se potencia el autocuidado, la corresponsabilidad y la autonomía de las personas afectadas a través de la intervención. Se incrementa la capacidad de resolución y mejora el acceso a la atención especializada, agilizando el diagnóstico, ordenando las intervenciones y articulando la coordinación.
Más del 60% de los territorios ya han iniciado la implantación de los modelos de atención en colaboración en el ámbito de las enfermedades del aparato locomotor, la oftalmología y la salud mental
Otros proyectos de mejora en este ámbito son la implantación de la receta electrónica en el 100% de los EAPS.
Impulsa, junto con Salud Pública, acciones de prevención de enfermedades, promoción de hábitos saludables y protección de la salud en el entorno comunitario, como la prevención y control del tabaquismo, la vacunación o la promoción de la actividad física y de la alimentación saludable para prevenir la obesidad.
Los profesionales de AP tienen un perfil definido con un campo asistencial específico que se extiende desde el individuo a la familia y la comunidad. Atienden a la población en todos los momentos de la vida, desde el nacimiento hasta la muerte, actuando como técnicos de salud, pero también en muchas ocasiones como consejeros o confesores pero también como amigos o incluso familiares, en este Día Mundial de la Atención Primaria hay que recordar la labor de estos profesionales y sobre todo recordar la de los compañeros ya jubilados o fallecidos que en condiciones más complejas realizaban las mismas funciones.