• La espera ‘contrarreloj’ de unos padres

    Dorin y Cristina llevan 19 días en la primera planta del Hospital General Universitario de Albacete rezando para que el embarazo de su segunda hija aguante lo suficiente como para garantizar la supervivencia de la niña. Pero a la angustia de la situación se suma que han tenido que recurrir al Juzgado de Guardia para evitar un aborto.

    La batalla contrarreloj de unos padres para evitar un aborto durante el ingreso en el Hospital General Universitario de Albacete.
    Cristina y Dorin, esta mañana.

    Batalla legal y sanitaria para evitar un aborto en la semana 20 de gestación

    Hace 19 días, Dorin y Cristina, él de Rumanía y ella de Quintanar de la Orden, pero residentes en Albacete, llegaban al Hospital General Universitario, al Servicio de Urgencias, por la rotura de la bolsa y la pérdida de líquido amniótico. El embarazo estaba en la semana 20, por lo que dar a luz supondría un inevitable aborto.

    “Movimos todo por miedo a que nos obligaran a un aborto. Nos hablaban de un problema. Además, decían que afectaba a la niña y podía llegar a la madre, pero después de movilizar a policía, juzgado y abogada, no aparece nada por escrito”, ha explicado el padre.

    De hecho, las primeras recomendaciones médicas, según aseguran los padres, fueron abortar alegando el riesgo para la madre. La situación se complicó de tal manera que el matrimonio buscó una abogada y puso el caso en manos del Juzgado de Guardia. Incluso acabó personándose la Policía Nacional.

    La abogada de esta familia, Cristina Roldán Merino, ha asegurado que “el trato ha sido horrible”. De hecho, madre y abogada siguen esperando la historia clínica completa, que se ha tenido que reclamar con una orden judicial, para valorar el traslado de la paciente.

    Y es que la falta de información hacía imposible que la familia pudiera tomar decisiones con fundamento y recurrir a otras opiniones que se estaban ofreciendo desde diferentes partes de España.

    Esperanza

    De momento, hay un informe sanitario escrito sobre el papel que se contradice con la versión oral a la que hacen referencia los padres, pero lo importante, como subraya el matrimonio, es que el embarazo sigue su curso y padre y madre esperan con esperanza al lunes, cuando la paciente recibirá corticoides para acelerar la maduración de los pulmones.

    De momento, si Cristina llegó embarazada de 20 semanas y 4 días, ya ha alcanzado las 23 semanas y 3 días. Y es que cada jornada cuenta a la hora de retrasar la prematuridad de una niña que se llamará Irene.

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