• La importancia de la actividad en la vejez

    Hay cinco claves para mantener un cerebro joven, desde la dieta a la actividad, fundamentales durante la vejez

    El Autor

    Alba Jiménez Bascuñán

    Neuropsicóloga en la Asociación Párkinson Cuenca

    A medida que envejecemos el cerebro sufre distintos cambios que afectan a nuestro funcionamiento diario. Estos cambios se dan a nivel estructural y funcional.

    Cambios cerebrales

    Algunos de estos cambios tienen que ver con la acumulación de material de desecho y proteínas asociadas a patologías neurodegenerativas. Estas acumulaciones tienen como consecuencia el daño y la muerte neuronal, lo que se traduce en una disminución de las conexiones neuronales. A estos procesos hay que sumarle los problemas a nivel vascular, que aumentan las probabilidades de sufrir daños cerebrales.

    Por otra parte, a gran escala también se puede observar una reducción en la masa y el volumen cerebral. Esta reducción se presenta, sobre todo, en áreas corticales temporales y frontales y áreas subcorticales. No obstante, estos cambios cerebrales, tanto en su progresión temporal como en su magnitud, dependen mucho de las características individuales de cada persona.

    Por último, otro de los cambios que se puede observar es la tinción del tejido cerebral de color marrón debido a la acumulación de lipofuscina, el conocido como pigmento del envejecimiento.

    Teniendo en cuenta los cambios comentados, las funciones cognitivas que más se suelen ver afectadas con el envejecimiento son la velocidad de procesamiento, el control atencional, la memoria, las habilidades visoespaciales, la flexibilidad cognitiva y la fluidez verbal.

    Reserva cognitiva

    Es fácil pensar que la vejez va inevitablemente unida al deterioro cognitivo; sin embargo, esto no siempre ocurre, ya que hay muchos factores que intervienen en su aparición.

    Estos últimos elementos forman parte de lo que se conoce como reserva cognitiva, la cual se ha ido formando y reforzando a lo largo de toda nuestra vida. Una mayor reserva cognitiva implica una mayor cantidad de conexiones neurales y, por tanto, mayor cantidad de recursos a la hora de hacer frente a las condiciones ambientales y contextuales actuales.

    No obstante, como se ha mencionado, la reserva cognitiva es algo que ha sucedido a lo largo de nuestro desarrollo vital. ¿Qué podemos hacer en la actualidad para mantener esa reserva (o incluso mejorarla) y trabajar por un envejecimiento exitoso?

    Envejecimiento activo

    Las actividades relacionadas con este concepto influyen en el reforzamiento de las conexiones neuronales existentes y en la creación de nuevas conexiones. De este modo, el mejor funcionamiento de ciertos procesos y conexiones, puede compensar las áreas más perjudicadas, manteniendo durante más tiempo un nivel funcional adecuado.

    Teniendo en cuenta estos efectos, ¿cuáles son los factores y actividades que contribuyen al envejecimiento activo?

    ¿Cómo?

    • Dieta. Una alimentación rica en ciertas vitaminas (C, B6, B12, E, etc.) contribuye a un mejor funcionamiento cerebral y se relaciona con una menor incidencia de enfermedades neurodegenerativas.
    • Ejercicio físico. El ejercicio disminuye el riesgo de fragilidad, hipertensión y obesidad y contribuye a la salud cardiovascular, a la oxigenación cerebral y la liberación de ciertos neurotransmisores, como las endorfinas.
    • Estimulación cognitiva. La actividad cognitiva (tanto en talleres como de manera cotidiana – crucigramas, sopas de letras, sudokus, etc.) contribuye a los procesos de plasticidad neural, al aprendizaje de nuevas estrategias de afrontamiento cognitivas y al fortalecimiento de conexiones y estructuras cerebrales.
    • Complejidad ambiental. Los ambientes complejos y novedosos contribuyen, igualmente, a la plasticidad neural mediante la búsqueda y creación de nuevas alternativas de manera continua para la solución de problemas, mejorando la flexibilidad cognitiva.
    • Nuevas tecnologías. Aprender a usar nuevas tecnologías constituye una forma de reforzar la reserva cognitiva, aumentar los procesos de plasticidad cerebral y enfrentarse a situaciones novedosas propias de los ambientes complejos comentados anteriormente. Un beneficio adicional del aprendizaje de las TICs en la situación actual es la posibilidad de mantener el apoyo y las relaciones sociales con familiares, contribuyendo a un mejor estado emocional y, por tanto, cognitivo.

    Diferencias individuales

    En conclusión, el envejecimiento cerebral es un proceso multifactorial, en el que están implicados numerosos agentes que interactúan entre sí y dan lugar a cambios cerebrales estructurales y funcionales. No obstante, la expresión del deterioro cognitivo asociado a la edad y su nivel de gravedad también dependen de las diferencias individuales, las cuales no pueden ser olvidadas.

    El envejecimiento activo, de la misma manera, también depende de numerosos factores, como los comentados anteriormente, que no funcionan de manera individual, sino que deben ser tenidos en cuenta de manera conjunta para lograr un efecto real en el funcionamiento neural. Sólo de esta manera se conseguirá un mayor mantenimiento de la autonomía y la independencia de las personas mayores.

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