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En los diferentes centros de ADACE CLM en Castilla-La Mancha atienden a personas con daño cerebral sobrevenido como consecuencia directa del COVID-19 o bien del síndrome Post-UCI. En la mayor parte de los casos presentan alteraciones físicas, cognitivas y emocionales profundas y duraderas. Su impacto provoca secuelas incompatibles con una vida social, familiar y laboral adecuadas.
En este contexto, y como han informado en un comunicado, en su canal de YouTube han publicado un vídeo sobre Todd y Roberto, dos personas usuarias del Centro de Atención Directa en Cuenca a las que ayudan a superar las dificultades y alteraciones generadas por esta enfermedad. Se trata de un abordaje que ha de ser integral y multidisciplinar para cada caso, debido a la diversidad de secuelas que se pueden presentar.
El Centro de Atención Directa de Albacete cuentan con un grupo específico de personas afectadas por COVID que recibe estimulación cognitiva todas las semanas, fruto del convenio suscrito en 2021 con la Facultad de Medicina para colaborar en los estudios realizados con personas con COVID persistente con trastorno neurológico o neuropsicológico asociado.
En todos los casos, los equipos multidisciplinares de ADACE CLM -en sus nueve centros en la región- realizan un abordaje integral de estos casos. Lo hacen con una atención enfocada en cuatro aspectos fundamentales: recuperación física, cognitiva, psicológico y social, esta última con la implicación directa del entorno familiar de la persona afectada.
Múltiples complicaciones
Según la Sociedad Española de Neurología, se han detectado múltiples complicaciones neurológicas asociadas al coronavirus. Entre ellas trastornos del olfato y del gusto, encefalopatía, encefalitis, síndrome de Guillain-Barré, complicaciones cerebrovasculares o síntomas neurológicos inespecíficos. La alteración física más frecuente es la debilidad muscular, más acusada cuanto más larga fuera la estancia en UCI.
También se detecta, por los mismos motivos, una pérdida de masa muscular, dificultades para caminar o baja tolerancia al ejercicio y, en algunos casos, debilidad en la musculatura orofaríngea, que puede provocar problemas de deglutorios y de disfagia.
En cuanto a las alteraciones cognitivas sobresalen las dificultades atencionales, las alteraciones de las funciones ejecutivas, dificultades en la memoria o lentitud en el procesamiento de información.
Por último, entre las alteraciones emocionales más frecuentes podemos destacar la ansiedad, la depresión, la anhedonia (incapacidad para experimentar placer, pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades), estrés postraumático o trastornos del sueño.
Importante trabajo
Entre las acciones que desarrolla el equipo profesional de ADACE CLM en los diferentes centros con los que cuenta en la región, además de trabajar para mejorar las habilidades sensorio-motoras, cognitivas y conductuales de las personas afectadas, está orientar a las familias sobre recursos, ayudas y productos de apoyo existentes de los que se puedan beneficiar.
