• El SOS de las madres de Adrián, un niño con epilepsia

    Después de años de dar tumbos entre pruebas, especialistas y hospitales, la epilepsia de Adrián, un niño toledano de 7 años, tiene solución y cita en el quirófano, pero después de invertir más de 23.000 euros, Paloma y Lara no tienen los más de 48.000 euros que cuesta la intervención.

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    Adrián, diagnosticado de epilepsia a los 3 años, tiene ahora 7.

    Lara y Paloma han encontrado la solución a la grave situación de su hijo

    Piden a la Consejería de Sanidad que derive al niño al Hospital Ruber Internacional, donde lo podrían operar el 21 de febrero

    El calvario de la enfermera Lara Alguacil y la fisioterapeuta Paloma Romero empezó hace más de cinco años. Hoy su hijo, Adrián, tiene siete años, un diagnóstico claro y una cirugía que puede reducir sus crisis en más de un 70% y detener el deterioro que le provocan. Sin embargo, los últimos años han sido un ir y venir de pruebas y especialistas.

    Prueba de la situación que viven estas madres y del sufrimiento al que se enfrenta el niño es que Adrián sólo ha pedido a los Reyes Magos “dejar de hacer lo de la cabeza”, de ahí que Paloma esté dispuesta a conseguirlo “aunque me deje la vida en ello”.

    Adrián tiene una cita en el Hospital Ruber Internacional para el próximo 21 de febrero. Sus madres han encontrado un neurocirujano dispuesto a realizarle una complicada operación que frenaría las crisis que lo deterioran a diario. El problema está en que el tiempo se agota y estas madres, que tienen otro hijo de tres años, se han quedado sin ahorros para afrontar el coste de la intervención.

    Han intentado hablar con el consejero de Sanidad, Jesús Fernández, quien, a través de terceros, insiste en que costeará la intervención, pero en un hospital público. El problema está en que, para ello, Adrián tendría que afrontar la lista de espera de Cataluña, la única comunidad donde se lleva a cabo la intervención.

    “Ni hemos parado ni vamos a parar”

    Adrián es un niño, con problemas de aprendizaje, para el que esa intervención de 48.000 euros supondría frenar los ataques epilépticos que lo deterioran. Para él y para sus madres, la operación supondría la oportunidad para llevar una vida normal. Gracias al esfuerzo de sus madres, este niño ha hecho de la constancia su arma para no perder un solo curso.

    Como fisioterapeuta y enfermera, sus madres saben qué le espera a Adrián si no paran las crisis, de ahí que ahora que tienen la solución estén dispuestas a lo que haga falta. “Ha tenido suerte de nacer en esta familia porque ni hemos parado ni vamos a parar”, insiste Paloma.

    3 comentarios

    1. Por favor, ayuden a este niño y derivenle a la Ruber

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