
Hace dos años que el cáncer llamó a nuestra casa, pretendía entrar por la puerta trasera pero nosotros la mantenemos cerrada y con rejas, por tanto, no le quedó otra que atravesar la principal y dar la cara. Eso nos salvó porque no le dimos tregua atacándolo como pudimos, dejando fuera a esa mala consejera que es la desesperación.
El cáncer te desmorona, te desvalija, te atosiga, te posee…
Cuando el cáncer hace aparición te desmorona, te desvalija, te atosiga, te posee y si le dejas hasta es capaz de aniquilarte y, no hablo de la enfermedad, solo la palabra tiene esos efectos.
Pero nosotros lo combatimos, aún a día de hoy, con honestidad (no engañándonos), con normalidad y naturalidad (nombrándolo), con coraje y en equipo, con empatía y sobre todo con humor. El miedo también forma parte de este ensamblaje porque es necesario e inevitable, te alerta y te suelta un chute de adrenalina que hay que aprovechar para tomar impulso, pero siempre con la mente clara: el cáncer cuando aterriza lo hace para quedarse se manifieste o no físicamente. Es como tener un hijo, ya nada es como antes, es mejor o peor pero siempre diferente.
Somos conscientes de que va a ser más complicado
Hablo en plural porque también me siento amenazada por el cáncer, aunque el enfermo sea mi marido. Mis hijos son independientes y emocionalmente bastante estables y nosotros forjábamos el sueño de envejecer juntos, jubilados, y viviendo temporadas en diferentes países alquilando un apartamento y empapándonos de sus culturas. Aunque no hemos renunciado a ello somos conscientes de que va a ser más complicado que antes de 2016, pero nos adaptaremos a las circunstancias.
La vida te cambia, aunque no se vuelve del revés, te hace ver que no somos eternos, que la existencia es sutil y perecedera, y que no merece la pena rebozarte en la inmundicia o subirte a la noria de la esperanza, porque ambas aptitudes no son reales, hay que aceptar que tarde o temprano el cáncer ganará la batalla, no solo a nosotros sino a mucha más gente.
Lo importante es seguir viviendo, incorporándolo a tu vida, aceptándolo con normalidad
Lo importante es seguir viviendo, incorporándolo a tu vida, aceptándolo con normalidad. Vendrán momentos duros, lo sabemos los dos y hemos hablado del tema, nunca hemos dejado de expresar lo que puede pasar, lo bueno y lo menos bueno. Yo decidí no esconder mi tristeza y rabia inicial, porque no quería que el cáncer cambiara mi forma de ser y porque creo que mi marido y yo nos merecemos seguir siendo un equipo, y para eso no debemos poner siempre buena cara y actuar como si todo se pudiera solucionar.
Lo primero que te roba el cáncer es la sinceridad emocional y yo no le voy a dejar
Lo primero que te roba el cáncer es la sinceridad emocional y yo no le voy a dejar. Si tengo que llorar lloraré y si tengo que reír reiré. Esa es mi lucha, que mi esencia perdure en este proceso porque en ella reside mi fuerza.
L’autora transmet molt coratge i molta sinceritat. Pot ser un referent per a altres persones amb càncer. Penso que se n’hauria de fer més divulgació