• Cómo afrontar una enfermedad crónica

    El Autor


    Ana Belén Ragel Torrano

    Psicóloga de la Asociación Lassus

    En primer lugar, deberíamos definir lo que es enfermedad crónica, ésta se refiere a la enfermedad que va a acompañar a la persona el resto de su vida, pero no significa que vaya a fallecer a causa de ella. Algunos ejemplos de esta enfermedad son: artritis, diabetes, enfermedad de Crohn o algún tipo de demencia.

    En primer lugar, deberíamos definir lo que es enfermedad crónica, ésta se refiere a la enfermedad que va a acompañar a la persona el resto de su vida
    Imagen de archivo de María José Salmerón, presidenta de la Asociación de Diabéticos de Albacete, con su perro Bono, capaz de avisar antes de que se descompense.

    La información veraz es clave

    Una vez aclarado este término, el afrontamiento haría referencia a las actuaciones, las respuestas y las estrategias que las personas ponen en marcha para reducir el impacto de la enfermedad y responder a los retos que plantea. Este tipo de enfermedades suele llevar asociado un elevado nivel de frustración, dada la no existencia de un tratamiento que solucione todas las dolencias y la necesidad de realizar ajustes en el día a día, si se dan limitaciones físicas, cognitivas o de otra índole.

    La primera estrategia que es adecuado llevar a cabo, es obtener la máxima información veraz acerca de las características de la enfermedad, de su evolución y del tratamiento, para así, valorar qué recursos habría que poner en marcha.

    Es también necesario, permitir sentir ciertas emociones que surjan a lo largo de la enfermedad, como la frustración, el enfado o la tristeza y aprender a regularlas de manera adecuada.

    Estrategias

    No hay una estrategia única, ya que influyen multitud de factores, pero sí es cierto que características como la flexibilidad y la capacidad de ir reajustándose a las demandas de la enfermedad, suelen ser cualidades bastante positivas. Existen estrategias que están centradas en la solución del problema y estrategias focalizadas en la regulación y gestión emocional, habrá que valorar cuál es más efectiva en función de la más adecuada en ese momento, si no se dispone de ese conocimiento, se puede recurrir a un psicólogo que nos guíe.

    Otra cuestión que juega un papel fundamental es tener unas expectativas ajustadas a la realidad y no idealizadas o catastrofistas, siempre guiadas por el profesional de la salud correspondiente.

    Debemos tener en cuenta que, el objetivo fundamental que perseguimos es mejorar la calidad de vida mientras aprendemos a convivir con la enfermedad crónica. Para ello, algo básico como tener hábitos de vida saludable, hacer dieta y ejercicio físico, mantener una vida social activa o realizar estimulación cognitiva, harán que, si hay deterioro, éste se ralentice en muchas ocasiones.

    El apoyo familiar

    Por último, es importante que la familia acompañe en esta enfermedad desde la comprensión, sin invalidar emociones que surjan y disponiendo de la información necesaria sobre la enfermedad crónica.

    De manera resumida, lo fundamental para afrontar una enfermedad crónica es, manejar información especializada para minimizar la incertidumbre, natural en este tipo de enfermedades. Conocer de que recursos disponemos, en lo familiar, económico, psicológico o social, para hacer frente a las demandas de la enfermedad de la manera más efectiva posible. Y por último, no se puede olvidar, que hábitos de vida saludables, el ejercicio físico o la vida social y de ocio, son básicos para mantener una buena calidad de vida.

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