• Cruzada albaceteña para ayudar a un hospital ucraniano

    Pedro López prepara su tercer viaje a la frontera de Ucrania con ayuda para un hospital materno-infantil

    Entre el hambre, el frío, la falta de luz y agua, la incertidumbre y el miedo por la guerra, los hospitales no tienen ni biberones o compresas, de ahí que Pedro López, dueño de una ferretería en Chinchilla (Albacete), haya decidido partir de nuevo hacia Ucrania. En dos viajes y en menos de un mes, este exmilitar albaceteño ha repartido más de cuatro toneladas de ayuda humanitaria. Su próximo objetivo, el tercero, es un hospital materno-infantil situado en la frontera entre Rumanía y Ucrania.

    Imagen, de UNICEF, de una maternidad en Ucrania.

    «Todos tenemos un motor en la vida; ayudar a Ucrania será el mío»

    Ropa para recién nacido, biberones, chupetes, leche infantil, pomada para la conjuntivitis neonatal, compresas, polvos de talco o gel están dentro del listado que pide el hospital materno-infantil. Y es que en su segundo viaje, Pedro López conoció a unos sacerdotes ortodoxos que le hablaron de las dificultades del centro sanitario.

    «Todos tenemos un motor en la vida. Ayudar a Ucrania será el mío hasta que acabe esta guerra. No tienen nada. Han metido su vida en una bolsa. Hay hambre. Es imposible describir lo que están viviendo», decía este albaceteño.

    Pedro López, exmilitar, no ha olvidado lo que vio en la Guerra de los Balcanes. Por este motivo, en cuanto vio que Putin, con su arsenal ruso, iniciaba la invasión, se imaginó lo que se estaba gestando en las fronteras, así como el suplicio al que se iban a ver sometidos los más vulnerables.

    Albacete ayuda hospital Ucrania

    El 7 de marzo, Pedro López llegaba con su furgoneta a la frontera entre Rumanía y Ucrania. Había recorrido más de 3.000 kilómetros de día y otros tanto de vuelta, con más de dos toneladas de ayuda humanitaria. El pueblo de Chinchilla, amigos de todos los rincones de España, así como farmacias y alumnos universitarios, se pusieron en contacto con él para llenar la furgoneta.

    Pero con un viaje no fue suficiente. Así que Pedro López, convencido de que cada uno debe hacer lo que esté en su mano, llenó una segunda furgoneta con la solidaridad de quienes lo conocen. Y una vez más, hoy prepara un tercer viaje. En esta ocasión, el destino de las donaciones irá a un hospital.

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