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Empieza la peor época para los pacientes respiratorios, la de las alergias al polen que, si bien duran todo el año, ahora toman fuerza y pueden confundirse con los síntomas del COVID-19. Hay que tener en cuenta que en Castilla-La Mancha ya se detectan niveles altos y moderados de cupresáceas, así como despiertan los pólenes de olmo y chopo.
Los niveles de cipreses y arizónicas son altos
Alergias y coronavirus comparten la tos, pero el COVID provoca fiebre y dolor de cabeza, síntomas que, salvo complicaciones, no se ven en las alergias, donde el moqueo y enrojecimiento de los ojos sí es frecuente. Así, en principio, los mocos no son un síntoma del coronavirus.
En cualquiera de los casos, la mascarilla, que protege del COVID también hará de barrera entre los pólenes y el sistema respiratorio. No obstante, cuando se salga al campo hay que tener en cuenta cómo están los niveles de pólenes para evitar complicaciones. Para ello, esta la Red de Aerobiología de Castilla-La Mancha (Aerocam), que informa de la situación en Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Talavera, Toledo y Villacañas.
Así, Aerocam advierte de que las concentraciones de polen de cipreses y arizónicas en el aire son muy elevadas esta semana. Además, el riesgo alergénico a este tipo de polen es muy alto. Están en periodo de floración las especies ornamentales de cipreses y arizónicas, así como otras especies de cupresáceas naturales como enebros y sabinas.
Otras especies que se encuentran en floración son olmos y chopos. También ha comenzado la floración del fresno. En cuanto a las especies herbáceas, se han incrementado los niveles de parietarias y ortigas, aunque todavía en niveles bajos. El resto de tipos de polen y las concentraciones de esporas del hongo alternaria permanecen en niveles bajos. Además, la lluvia ayudará a bajar las concentraciones.
Cómo diferenciar los síntomas del COVID de los de las alergias
El Servicio de Salud de Castilla-La Mancha recuerda en su web que los síntomas que pueden compartir cierta similitud entre la alergia por pólenes y el coronavirus COVID-19 son escasos y, básicamente, se corresponderían con tos, disnea, dolor de cabeza y mucosidad nasal.
La clave está en que la tos y la sensación de falta de aire pueden aparecer en pacientes con asma por alergia a pólenes o con coronavirus COVID-19; sin embargo en los asmáticos se va a caracterizar por la existencia de sibilancias.
Otro síntoma común podría ser el dolor de cabeza, que únicamente va a aparecer en personas alérgicas cuando los problemas derivados de la reacción alérgica se compliquen con sinusitis.
