• La delgada línea entre la vida y la muerte

    Alí, un periodista burkinés de 42 años, llegó a Albacete a finales de 2022. Su corazón estaba tan débil, que habían empezado a fallarle otros órganos. Llegaba a la ciudad, gracias a un entramado de solidaridad, huyendo de una muerte segura, ya que una operación de corazón en su país era una quimera. Más de 4.000 kilómetros marcaban la distancia entre la vida y la muerte y, aunque lo logró, no fue fácil.

    La historia de Alí, de su aventura desde Burkina Faso hasta Albacete para operarse de corazón. Hoy disfruta de su segunda oportunidad.
    Alí, al fondo, junto a Mamá África y el compañero que, como él, llegó a Albacete para operarse de corazón.

    Alí, periodista burkinés, es uno de los más de 90 pacientes africanos que han vuelto a nacer en Albacete

    Conchi Tomás, conocida como Mamá África, una de las voluntarias que acompañó a Alí durante su convalecencia, no se cansa de ver el vídeo en el que baila totalmente recuperado, preparado para volver a su país, donde lo esperaban su mujer y sus cuatro hijas.

    Cuando el joven llegó a Albacete, tuvo que esperar a coger fuerzas para afrontar la operación de corazón que lo tenía entre la vida y la muerte. Conchi Tomás recuerda que cada dos por tres estaban en Urgencias porque no acababa de estabilizarse. Además, cuando por fin entró en quirófano, los resultados no fueron los esperados. No había manera de desconectarlo de las máquinas que lo mantenían con un hilo de vida.

    Hoy Conchi recuerda que fueron unos días angustiosos, porque la recuperación de estos pacientes suele ser milagrosa, pero no en este caso. No se esperaba un resultado así en un hombre joven, pero la pandemia había obligado a retrasar el viaje y la intervención. Nadie se veía con fuerzas de llamar a la familia de Alí para dar la peor de las noticias. En Burkina Faso lo esperaban cuatro niñas, la pequeña de sólo dos meses.

    Cada día, mejor que el anterior

    Finalmente, Alí fue cogiendo fuerzas hasta que recibió el alta hospitalaria, superó la recuperación y voló de nuevo junto a su familia. Hoy le cuenta a Conchi que cada día se encuentra mejor, que incluso monta en bicicleta y, por supuesto, baila como en el vídeo para el que posó celebrando que salía del Hospital Quirónsalud Albacete totalmente recuperado.

    Alí, con una cazadora de colores, baila junto a su compañero después de recibir el alta hospitalaria.

    Como la historia de Alí, pero con recuperaciones más rápidas, hay ya más de 90 pacientes, fruto de la conexión entre Burkina Faso y Albacete. Se trata de un puente que ha construido el cirujano cardiaco Gonzalo Aldámiz con el apoyo de la Fundación Recover, el grupo Quirónsalud, la Institución Sagrado Corazón de Jesús de Albacete y un sinfín de voluntarios. Entre todos, han conseguido que pacientes con dolencias cardiacas, sin posibilidad de sobrevivir en su país, tengan una segunda oportunidad operándose en Albacete.

    Hace 17 años que la Conexión Burkina se mantiene. La Fundación Recover coordina; Quirónsalud cede sus instalaciones; el Dr Aldámiz, sus manos, y la Institución Sagrado Corazón, conocida en Albacete como El Cotolengo, aloja a estos pacientes hasta que regresan recuperados.

    Las últimas en recuperarse han sido Polin y Fatimata, dos burkinesas de 41 y 44 años, ya están en el Hospital Quirónsalud de Albacete a la espera de que las manos del Dr Gonzalo Aldámiz les den una nueva oportunidad. 

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