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En la apuesta frente al sedentarismo y pese a gustarnos los senderos menos transitados, de vez en cuando viene bien una ruta más ‘civilizada’, como la que nos lleva a la Mejorada o al Pocico de la Nieve de Alpera.
En una mañana de invierno típicamente albaceteña, con bajas temperaturas pero con el sol acariciándonos la cara, la sección femenina del grupo de senderismo de Diario Sanitario decide aventurarse, dadas las dotes para extraviarnos y ante la orfandad de guía, a recorrer parajes conocidos. Ponemos rumbo a la tierra que vio nacer a una de las integrantes, por lo que salimos de Albacete y cogemos la A-31 dirección Valencia-Alicante para desviarnos en Alpera.
Recientemente, el Club Deportivo “Veredas y Caminos” junto al Ayuntamiento de Alpera han llevado a cabo la señalización de una ruta periurbana que pretendemos seguir a pies juntillas. Por la calle más antigua de Alpera, la Calle Huertos, vamos buscando el Paso Ayora, nombre de esta vía que nos recuerda el carácter fronterizo de esta zona de nuestra provincia, donde se diluyen fronteras y se entremezclan los paisajes.
Desde el Barranco del Malecón
El potro negro de Antonio Iniesta nos despide orgulloso e iniciamos la ruta descendiendo hasta el Malecón. Cruzamos por el Puente Rojo e inmediatamente cogemos a la derecha un sendero llamado Barranco del Malecón, desde donde disfrutamos de una panorámica del pueblo. A lo lejos suenan las campanas que retumban en toda la vega alperina. Echamos de menos al bardo y al hombre guía, pero estamos orgullosas de nuestro “atrevimiento” y cada vez somos más conscientes del privilegio que nos brinda habernos encontrado y compartir el ansia de hacer caminos.
El sol empieza a encandilarnos y avivamos el paso porque a falta de desnivel al menos que no perdamos ritmo. Al llegar al camino del Corral de Cándido, nos encontramos con Pedrés, que nos invita a conocer su cueva, un rincón mágico donde antes se cultivaba champiñón y ahora se apilan recuerdos de tradiciones pasadas y primores de costura de las manos de Elena. De la cueva, pasamos a la ruta oficial que discurre por el camino de la Vega, dirigiéndonos a los Puentes de la Yedra que nos regala un caudal inmenso de agua, la nota dominante en nuestra travesía. Esta abundancia de agua marcará desde época musulmana la riqueza e importancia de esta población.
La ruta vuelve a aproximarnos al pueblo, esta vez entrando por el norte, por el barrio más antiguo, las Cuevas, donde todavía quedan en pie antiguas construcciones semi enterradas, historia viva de las raíces de Alpera.
Del Jardín Botánico Félix Rodríguez de la Fuente a la Mejorada
Desde allí cogemos el Camino Real a Alpera y a 400 metros atravesamos el Jardín Botánico Félix Rodríguez de la Fuente. Sin dejar el trazado de la ruta periurbana nos adentramos en la Mejorada, sin duda el rincón que más sorprende a las andarinas. Y es que parece increíble pasear por un tapizado de ramas de encinas que se entremezclan con pinos y otras especies de árboles creando un ambiente mágico, como si detrás del árbol de las cuatro ramas fueran a aparecer elfos y hadas.
El pozo de nieve más grande de España
Abandonamos el parque por la salida cercana a la zona de barbacoas y a nuestra derecha aparece imponente la Sierra del Mugrón y Meca, sin lugar a dudas próximo destino. Sin darnos cuenta, llegamos a las Eras de Abajo hasta ver al fondo el Pocico de la Nieve, ejemplo de arquitectura en piedra seca declarado como bien de interés cultural al ser el más grande de España.
Sin darnos cuenta, 9 kilómetros y dos horas después, estamos llegando al punto de inicio de esta salida, entrando al pueblo por el Paso de Ayora, llevamos el corazón ligero y las ganas de llegar pronto a coger sitio en la terraza de las Koplo.
Terminamos la jornada como nos gusta en este grupo, entorno a una mesa dando cuenta del buen vino garnacha tintorera de Alpera y de la magnifica cocina de Isabel. Prometemos para la próxima más desnivel.
🖋️ Cesárea Arnedo, andarina
