• Alzheimer, sin cura pero sin pausa

    Las opciones terapéuticas disponibles actualmente para la enfermedad de Alzheimer son limitadas. Los fármacos existentes han mostrado pobres resultados en la ralentización de la progresión de la enfermedad, lo que deja margen para la mejora y la innovación en futuras terapias. La próxima generación de tratamientos se está abriendo paso a través de ensayos clínicos. Desde las próximas decisiones de aprobación de fármacos hasta los resultados de los últimos ensayos clínicos, este año promete avances significativos en los tratamientos del Alzheimer y la demencia.

    Rafael Luján, doctor en Biología y catedrático de Histología

    La próxima generación de tratamientos para la enfermedad de Alzheimer se está abriendo paso a través de ensayos clínicos

    Este año promete avances significativos en los tratamientos del alzheimer y la demencia

    La próxima generación de tratamientos se está abriendo paso a través de ensayos clínicos. Desde las próximas decisiones de aprobación de fármacos hasta los resultados de los últimos ensayos clínicos, este año promete avances significativos en los tratamientos del Alzheimer y la demencia.

    La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia. La pérdida de memoria es el síntoma más frecuente en las primeras fases de la enfermedad. En Europa hay unos 13 millones de personas que viven con demencia, mientras que en España se calcula que la cifra supera los 800.000 pacientes y cada año se diagnostican unos 40.000 nuevos casos. En todo el mundo, el coste económico de las demencias es abrumador. Para el sistema sanitario español, supone un gasto millonario año tras año. Por tanto, se trata de un tema que plantea auténticos retos, ya que en la actualidad no existe cura para esta devastadora enfermedad.

    Modificadores

    Para tratar la enfermedad de Alzheimer hay que encontrar fármacos eficaces capaces de ralentizarla o detenerla. Estos fármacos se denominan «modificadores de la enfermedad», y están basados en la estrategia que pretende dar a las personas en las primeras fases de la enfermedad un poco más de tiempo antes de que empiecen a perder sus capacidades cognitivas y a experimentar síntomas como la pérdida de memoria.

    En el año 2024 se lograron avances significativos en el desarrollo y la aprobación de terapias modificadoras de la enfermedad y tratamientos sintomáticos para los síndromes neuropsiquiátricos. Ha habido 171 estudios y 134 fármacos en fase de ensayo clínico. Más de la mitad (77%) de los nuevos tratamientos son potencialmente modificadores de la enfermedad.

    Tras casi dos décadas de intensos esfuerzos farmacológicos durante los cuales no surgieron nuevas terapias, donanemab saltó a los titulares en 2023 por ser el fármaco con la mayor ralentización del deterioro cognitivo de hasta un 35% de los pacientes tratados. Se trata de un anticuerpo monoclonal que actúa sobre las placas de beta-amiloide que aparecen en los cerebros con enfermedad de Alzheimer y las elimina. Fue finalmente aprobado por el organismo público de Estados Unidos responsable de la regulación de medicamentos (FAD) en julio de 2024.

    Aducanumab y lecanemab

    Otros dos anticuerpos monoclonales anti-beta amiloide aprobados por la FAD son el aducanumab y el lecanemab. Aducanumab fue aprobado en 2022, pero en un ensayo clínico con 3.200 pacientes sintomáticos y 18 meses de inyecciones mensuales, no se alcanzó el objetivo primario de ralentizar el deterioro cognitivo. Por parte, el lecanemab fue aprobado en 2023 y su administración durante 18 meses ralentizó un 27% el deterioro cognitivo en aquellas personas a las que se les suministró el fármaco respecto a quienes recibieron el placebo. Sin embargo, lecanemab ha mostrado efectos adversos como edema cerebral o pequeñas hemorragias cerebrales.

    Remternetug

    ¿Cuál es el futuro de los tratamientos que está por llegar? Sin duda, tenemos por delante un futuro esperanzador. El remternetug es el siguiente fármaco prometedor en fase de desarrollo. Dirigido frente al péptido beta-amiloide, está destinado a personas con enfermedad de Alzheimer en fase inicial. Se ha descrito como una inmunoterapia de segunda generación y se espera que funcione mejor que donanemab.

    Además, mientras que la mayoría de las inmunoterapias actuales se administran por goteo intravenoso, el remternetug se administra con inyecciones subcutáneas. Se espera que la versión inyectable resulte más eficaz y reduzca los efectos adversos observados con los demás fármacos.

    También ofrece una forma más práctica de administrar el fármaco, similar a los bolígrafos de insulina utilizados para la diabetes. Aunque los resultados completos de los ensayos no se han dado aun a conocer, los primeros datos son muy prometedores. Mostraron que, tras 6 meses de tratamiento, el 75% de las 41 personas analizadas habían eliminado el beta-amiloide de sus cerebros. Sin embargo, también hubo varios casos de personas que sufrieron inflamación o hemorragias cerebrales por tomar remternetug.

    Buntanetap

    Buntanetap es un nuevo fármaco que reduce la producción de proteína precursora amiloide (APP), que se transforma en la forma tóxica de beta-amiloide. De este modo, el buntanetap pretende ralentizar o prevenir la progresión de la enfermedad.  Un ensayo reciente ha mostrado resultados positivos en participantes con enfermedad de Alzheimer en fase inicial. El ensayo mostró mejoras significativas en las puntuaciones de memoria tras 12 semanas de tratamiento. Además, se observó que el fármaco reducía los niveles de proteína tau en sangre, otro factor clave en la enfermedad de Alzheimer. Y lo que es más importante, el tratamiento con buntanetap no produjo efectos secundarios graves.

    Semaglutida

    La semaglutida es un medicamento conocido principalmente por su uso en el tratamiento de la diabetes de tipo 2 y, más recientemente, para ayudar a perder peso. Las investigaciones sobre personas que tomaban semaglutida para la diabetes demostraron que tenían un menor riesgo de desarrollar demencia. Esto condujo a ensayos clínicos para probar su papel potencial en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.

    La semaglutida actúa imitando una hormona natural del organismo que estimula la producción de insulina y reduce los niveles de azúcar en sangre. Los científicos creen que este mecanismo también podría beneficiar al cerebro al interactuar potencialmente con receptores implicados en el aprendizaje y la protección de las células cerebrales.

    Este año podrían aprobarse nuevas terapias. Los investigadores también trabajan en la búsqueda de intervenciones en el estilo de vida que podrían ayudar a prevenir el desarrollo de la enfermedad. En conjunto, estas innovaciones ilustran un progreso constante hacia un futuro mejor para los millones de personas que viven con la enfermedad de Alzheimer y sus familias.

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