El parisino es el brillante estreno literario de una joven novelista británica, Isabella Hammand. Con menos de treinta años de edad es capaz de armar un espléndido relato que combina con mucho acierto varios imanes narrativos. Es una extraña historia de amor. Nos deja una interesante lección de Historia. Nos empapa con ese poderoso caldo de cultivo lleno de injusticias, tragedia y desdichas que provocará, tarde o temprano, el estallido de Oriente Medio a mediados del siglo pasado. No es baladí que su protagonista sea un joven palestino, Midhat Kamal. El padre de la joven escritora es palestino. No sólo eso. El periplo existencial del protagonista a ninguna parte es también una profunda metáfora del futuro que acabará aguardando a su hogar, Palestina, despreciado y maltratado por todos.
Juan Javier Andrés
“Yo voy a estudiar Medicina -dijo-. En la Universidad de Montpellier”, le dice Midhat a otro árabe, Faruq, en el barco que los transporta a Marsella. De África a Europa. Un viaje existencial que supone el punto de partida de esta novela. En Francia el joven palestino, de Naplusa, tendrá su primer choque cultural abrazando las costumbres europeas sin dejar de ser árabe y sentirse como el árabe. Por momentos su existencia se perderá entre amores pasajeros y emociones a raudales. Vivirá su particular carrusel de emociones hasta que encuentra el amor en una joven francesa, la sobrina de su casero. Un romance prohibido, fielmente correspondido y puesto fin de forma abrupta y de modo sorpresivo.
Un periplo existencial lleno de sorpresas
Este inesperado desenlace devolverá al protagonista, roto de dolor y lleno de tristeza, a su cuna. Otro nuevo choque cultural. El palestino afrancesado, ya apodado el parisino por sus paisanos, tendrá que volver a adaptarse a ese mundo atrasado, por momentos inhóspito, extraño a su parecer, carente de los lujos europeos y lleno de injusticias y miserias. ¿Peleará por su gran amor? ¿reconstruirá su vida en su tierra natal? Sin querer desvelar nada, sólo indicaré que la segunda parte de la novela viene plagada de sorpresas y someterá a Midhat a muchas encrucijadas vitales.
Este nuevo escenario narrativo permitirá al lector adentrarse en la Palestina de la primera mitad del siglo XX en un momento particularmente trascendental y aciago. Dos potencias, Francia y Gran Bretaña, se reparten el control de Oriente Medio. Inventan países como Irak, Líbano, Jordania, Siria o la propia Palestina sólo para contentar a los árabes. Mientras tanto, facilitan la inmigración de miles y miles de judíos a la Tierra Prometida, una invasión silenciosa y consentida por las grandes potencias del momento. Un caldo de cultivo que prenderá, más pronto que tarde, la mecha de la rebelión árabe, cuyo primer conato, como refleja la novela, es la histórica huelga general de 1936 en la propia Palestina.
Como los buenos vinos y el inexorable paso del tiempo, El parisino mejora según va devorando páginas y trama. Es densa a ratos. Resulta embriagadora por momentos. En ocasiones peca de sopor. Le falta en muchas fases esa acción narrativa que acelere el ritmo de la novela.
Citas destacadas:
“Todo lo prohibido se desea”
“La vida no existe sin la muerte. Podría decirse que mientras vivimos no dejamos de morirnos, como una llama, inestables, en descomposición. ¿Y qué es la enfermedad entonces? La enfermedad es una parte de la vida. Hablamos de la vida como de una renovación, pero en realidad es decadencia. En ocasiones es lucha contra la decadencia, pero decadencia al fin y al cabo”
“Su vida se había diversificado durante aquel tiempo. Unas veces era estudiante de historia y después de clase se reunía con personas conocidas en bares y cafés; otras veces era el compañero de las señoras que desplegaba buenos modales y tenía la risa fácil; también era el amante misterioso; y el polemista; y el árabe”
Claves:
- Título: El parisino.
- Autor: Isabella Hammad.
- Género: novela histórica.
- Año de publicación: 2021.
- Páginas: 720.
- Comentario: una lección de Historia entre amores y desgracias.