• Los podólogos explican cómo evitar ampollas en los pies

    El 74% de peregrinos o senderistas que realizan el Camino de Santiago presenta ampollas en los pies después de realizar varias etapas. Así se desprende de un estudio difundido por el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos, donde se subraya la importancia de que el pie esté seco. Se recomienda el uso de plantillas personalizadas, la utilización de calzado con sistemas de amortiguación en las suelas, el cambio de calcetines al menos una vez en largas caminatas y que el peso de las mochilas no supere el 14% del peso del peregrino.

    ampollas pies

    La humedad, factor determinante para que el senderista se enfrente a las ampollas en los pies

    La localización más frecuente de las ampollas fue en el metatarso del primer, segundo y quinto dedo

    Las conclusiones principales de la investigación son que el tipo de terreno por el que se camina es un factor determinante en la aparición de ampollas y existe menos riesgo si se camina por tierra que por asfalto y que el uso de ortesis plantares (plantillas personalizadas) y el control de la humedad son factores que deben tenerse en cuenta como medida preventiva, ya que tener los calcetines mojados al finalizar la etapa se comprobó que es un factor de riesgo.

    Esther Chicharro-Luna, autora principal de la investigación, recomienda “que los peregrinos sean valorados por un profesional de la Podología antes de realizar esta actividad”.

    Este estudio tiene su interés porque la ampolla es la lesión dérmica más frecuente durante la práctica deportiva. Constituye hasta el 64% de las quejas médicas en los excursionistas.

    315 pacientes analizados

    El objetivo de la investigaciónera evaluar la prevalencia de ampollas en el pie durante el trekking y los factores asociados. Para ello, se realizó un estudio observacional comparativo transversal de 315 pacientes atendidos en dos albergues de la provincia de León del Camino de Santiago.

    La investigación ha sido realizada por Esther Chicharro-Luna y Aranza Requena-Martínez, de la Universidad Miguel Hernández (Alicante), con la colaboración de Alfonso Martínez-Nova, de la Universidad de Extremadura, y Ana Belén Ortega-Ávila y Gabriel Gijón-Noguerón, de la Universidad de Málaga.

    Así pues, el objetivo de este estudio fue determinar qué factores influyen en la aparición de estas lesiones en largas caminatas, para que el deportista pueda establecer medidas de prevención adecuadas que disminuyan su prevalencia y ayuden a mejorar la calidad del ejercicio físico.

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    La muestra

    La muestra se compuso de 315 peregrinos (168 hombres, 147 mujeres)de 47 nacionalidades diferentes, que fueron atendidos en dos albergues de la provincia de León, dentro de la ruta del Camino de Santiago francés.

    Para la muestra se seleccionó a los pacientes que acudían al servicio de podología del albergue mayores de 18 años y que hubiesen caminado al menos 20 kilómetros en los últimos 5 días. Se excluyó a caminantes que no porteaban mochila, mujeres embarazadas, y personas con antecedentes quirúrgicos del miembro inferior o lesiones musculoesqueléticas en los últimos seis meses.

    La edad media de la muestra era de 36 años. Los peregrinos anduvieron una media de 279 kilómetros, 75 por asfalto y 204 por tierra, durante una media de 12 días.

    Entrenados

    El 65,9% de los peregrinos había realizado entrenamiento previo durante los meses anteriores y “caminar” había sido la actividad física más frecuente.

    El 74% presentó alguna ampolla en el pie después de realizar varias etapas de senderismo. La zona más afectada fueron los dedos (38,1%), seguido de las cabezas metatarsales (más prevalentes la 1ª y 2ª), talón y 5º dedo (meñique).

    Calzado, bastón y mochila

    El calzado más utilizado fue el zapato de trekking (38,1%), seguido de la bota de trekking (19,7%) y la zapatilla deportiva (17,8%). Fue nuevo o puesto menos de diez veces en el 38,7% de los casos. El 41,9% llevaba un calzado con membrana impermeable, a pesar de que el estudio fue realizado en verano donde la incidencia de lluvia fue baja. El peso medio del calzado fue 369 gramos. El 45,1% utilizaron bastón para caminar. El peso medio de la mochila fue de 7,63 kilos.

    Plantillas personalizadas

    Se recomienda el uso de plantillas personalizadas, la utilización de calzado con sistemas de amortiguación en las suelas, el cambio de calcetines al menos una vez en largas caminatas y que las el peso de las mochilas no supere el 14% del peso del peregrino

    Respecto a los factores de riesgo, al igual que en este estudio, prácticamente todos los autores están de acuerdo en que la humedad supone un mayor riesgo en la formación de ampollas.

    ▶️ Aquí puede consultar el estudio completo

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