• Antonio Alcarria, un enfermero de novela negra

    Se llama Antonio Alcarria Rozalén y puede presumir de que hace lo que le gusta. Lector empedernido y enfermero por pura vocación, dedica su tiempo libre a una pasión, escribir. Es autor de la novela negra “La mulata de la calle Ancha” y, mientras remata la segunda, ha publicado “Nieblas“, una recopilación de relatos.

    Antonio Alcarria.

    Antonio Alcarria compagina sus dos pasiones, la escritura y la Enfermería

    Antonio Alcarria sabe que no tiene los ingredientes necesarios para entrar en los circuitos comerciales, escribe por amor al arte y la suya no es una cara famosa. Sin embargo, seguirá compaginando su consulta en un centro de salud de Albacete con la escritura mientras disfrute con ello, al margen de las ventas.

    Y es que la suya es una vida contracorriente. Dejó la carrera de Económicas en cuarto para estudiar Enfermería, que era lo que verdaderamente le gustaba. A finales de los ochenta, cuando tenía la vida resuelta como funcionario en Valencia, abandonó todo por una plaza de interino en la sanidad albaceteña.

    Un certamen literario despertó su interés por publicar

    Trabajó en los pueblos de La Herrera y Pozuelo hasta que, hace tres años, se trasladó a Albacete capital. Pasados los 50 años, había colmado su vocación sanitaria con la enfermería comunitaria, pero le quedaba la espinita de la escritura. Y se la quitó.

    Escribió su primera novela negra en cuestión de días para presentarse al certamen literario de Barcarola. No ganó, sin embargo, uno de los directores le dijo que su trabajo merecía que se publicara. Así fue cómo La mulata de la calle Ancha, ambientada entre Albacete, Madrid y Nueva York, sacó a la luz al personaje de Jaco, albaceteño criado en EE UU y marcado por su etapa de policía.

    Su segunda novela mantendrá al protagonista de la primera, un albaceteño criado en Nueva York

    A Antonio Alcarria le marcó un libro en su adolescencia, Siddhartha, de
    Hermann Hesse, que lo aficionó a la literatura. Y aunque ha participado en talleres literarios, considera que su forma de escribir se fundamenta en la lectura. En este sentido, recomienda a Javier Marías y Antonio Múñoz Molina.

    A sus 62 años, este enfermero agradece los 30 años dedicados a la sanidad albaceteña al tiempo que escribe nuevos capítulos en la vida de Jaco.

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