
La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) pone a disposición de los facultativos el documento clínico ‘Enfoque Integral del Tabaquismo en Atención Primaria’, con una herramienta de trabajo denominada REVERSE que ayuda a los profesionales en el abordaje clínico de un fumador.

El protocolo REVERSE es una metodología estructurada en siete pasos y cada uno de ellos está orientado a evaluar y apoyar al paciente en su proceso para abandonar el tabaquismo de la mano de su médico de Atención Primaria.
Pasos del protocolo REVERSE
1. Recepción y evaluación inicial. Se da la bienvenida al paciente en un ambiente de confianza y receptividad. Se indaga sobre el motivo de consulta y se sientan las bases para una entrevista motivacional.
2. Evaluación de hábitos y dependencia. Se analiza el historial de tabaquismo del paciente, incluyendo la duración del hábito, la cantidad y tipo de productos de tabaco consumidos, así como intentos previos de abandono. Para determinar el nivel de dependencia a la nicotina, se recomienda la aplicación del test de Fagerström, una herramienta que permite adaptar el enfoque terapéutico, según la necesidad de cada paciente.
3. Valoración médica integral. Este paso consiste en un examen físico detallado y una revisión de los antecedentes médicos del paciente para identificar condiciones de salud que podrían estar relacionadas o agravadas por el tabaquismo, como enfermedades cardiovasculares, respiratorias o cáncer. Además, en este punto se realiza una revisión de los fármacos que podría estar tomando el paciente, con el fin de evaluar cualquier interacción con posibles tratamientos para la cesación del tabaco.
4. Establecimiento de la fase de cambio. En este paso se determina en qué etapa del cambio se encuentra el paciente usando modelos psicológicos, como el de Prochaska y DiClemente.
Tratamientos
5. Recomendación del tratamiento. En el quinto paso del protocolo REVERSE, se enfatiza en la importancia de un enfoque personalizado para el paciente basado en la información recopilada previamente. Este plan puede incluir diversas estrategias, como tratamiento farmacológico, no farmacológico, así como medidas de prevención de recaídas.
6. Suministro de educación y recursos. En este paso, se ofrece al paciente un conjunto de materiales informativos, como folletos, guías y referencias digitales, que ilustran tanto los peligros del tabaquismo como las ventajas de su cese, asegurando que tenga acceso continuo a apoyo educativo y práctico.
7. Evaluación y seguimiento. Este último paso se enfoca en mantener un contacto continuo con el paciente para monitorear su progreso y hacer ajustes necesarios al plan de tratamiento. Se recomienda hacer un seguimiento programado del paciente desde la primera semana después del último cigarrillo hasta llegar al año de abstinencia.
Consecuencias
A pesar de los esfuerzos para reducir el consumo de tabaco, el tabaquismo sigue representando un grave problema de salud pública en España. En concreto, esta adicción es responsable de casi el 40% de las muertes prematuras en hombres de entre 35 y 70 años y del 15% en mujeres dentro del mismo rango de edad. Además, el problema se agrava con la proliferación de nuevas formas de consumo, como los cigarrillos electrónicos o vapeadores, así como el inicio temprano del hábito entre los jóvenes.
Ocurrencias Fernández, 11 (O.F. 11/2025).
INTRUSOS EN EL CAMPO PROFESIONAL ENFERMERO.
La promoción de la salud y la prevención de la enfermedad son aspectos relacionados con el cuidado (profesional) de las personas. Y por lo tanto, constituyen una actividad propia de las enfermeras y enfermeros que integran los equipos de Atención Primaria.
Estas enfermeras han participado y dirigido numerosos programas e intervenciones clínicas sobre el tabaquismo en todas las comunidades autónomas españolas. Sobre todo, años atrás cuando dichos profesionales contaban con un mayor grado de autonomía. Es decir, antes de la caótica situación presente propiciada por la esfera médica.
Bajo mi punto de vista, tal desorganización de este primer nivel asistencial, lejos de estar propiciado por la falta de médicos, realmente obedece al deseo de entorpecer y obstaculizar la atención sanitaria por muchos galenos. Nadie vigila su rendimiento laboral y nadie les ha pedido explicaciones, a muchos de ellos, por su actuación en la pasada pandemia. Y sobre todo, son incapaces de aceptar que los nuevos avances en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad, lo lógico, lo aceptable, sería que estuviera propiciando una disminución de médicos en las diferentes estructuras asistenciales. También en Atención Primaria.
Sería de esperar, por el bien ciudadano, que la sociedad y los políticos que la representan, tomasen cartas en este asunto. No es normal, ni conveniente, que por cada médico de Primaria, no haya una dotación de 2 o 3 enfermeras. La labor de este ámbito asistencial debe estar guiada por esa “prevención” y “promoción” antes aludidas -propias del campo de actuación enfermero-, aunque algunos egoístas retrógrados no lo acepten.
Es lamentable que en lugar de realizar un auto-análisis sobre la grave situación a la que están llevando a nuestra Atención Primaria, los galenos semergen se dediquen a filosofar, en lugar de promover un uso racional de los recursos y medios sanitarios. Lo normal, sería que con los medios y herramientas de que disponen, la asistencia fuera ganando en rapidez y accesibilidad, así como en calidad. Todo lo contrario a la “artificiosa” realidad que les toca vivir a los pacientes.
La obsesión de muchas “facultativas” mentes parece ser que es frenar y entorpecer el desarrollo profesional de nuestras enfermeras y enfermeros. Y en esa “tarea” de invisibilizar y menospreciar a la Enfermería, el sr. Fernández se ha “ganado” una “Matricula de Honor”. No tiene que seguir haciendo más “méritos”. Ya tiene la nota máxima posible.