• El calvario de un paciente ‘no COVID’

    Francisco José ingresó el 2 de junio en el Hospital de Hellín con una bronquitis aguda y falta de oxígeno. Hoy espera que le hagan una biopsia para tratar un tumor cerebral. En estos más de 70 días, ha perdido más de 45 kilos, enfrentándose a unos dolores de cabeza insufribles. Después de que su mujer pidiera ayuda en las redes sociales y medios de comunicación, hoy le harán la prueba que le han retrasado durante tres semanas por falta de quirófanos en Albacete, imprescindible para empezar con los tratamientos. De hecho, ahora surgen dudas en el diagnóstico.

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    70 días de ingresos hospitalarios y 45 kilos menos para el diagnóstico de un tumor cerebral cuya biopsia ha retrasado la lista de espera de quirófano

    Asmático y diabético, Francisco José estuvo 10 días en la UCI y 4 en planta por la bronquitis. Persistía un dolor de cabeza indescriptible, pero le dieron el alta. Ese mismo día, su mujer, Evangelina, lo tuvo que llevar al centro de salud de Socovos porque no podía más. A las 48 horas, regresaban al Hospital de Hellín.

    Ingresado de nuevo, lo intervinieron porque los médicos consideraron que una bolsa de pus, debajo del ojo, provocada por la bronquitis, era la culpable del dolor de cabeza. Pero Francisco José no mejoraba, por lo que lo derivaron al Hospital General de Albacete para hacerle nuevas pruebas y, de nuevo, a Hellín.

    Sin diagnóstico claro, lo trataron de migrañas y de neuralgia. “No comía; se quejaba de dolor día y noche; decía, llorando, que se quería morir”, recuerda ahora su mujer, a través de WhatsApp, ya que, al ser sorda, no puede hablar por teléfono. Tampoco puede mantener una conversación si no lee los labios, lo que, en esta situación, con las mascarillas, ha dificultado aún más la comunicación con el personal sanitario.

    Durante siete días, el paciente regresó a casa, los dolores persistían; no podía ni hablar; al beber se le caía el líquido por un lado; perdía el equilibrio y, de repente, no sabía escribir. Hubo momentos en los que ni reconocía a su mujer. Así que, una vez más, Evangelina recurrió al médico de Familia, quien le dijo que corriera al hospital y que no se moviera de allí bajo ningún concepto.

    Diagnóstico: tumor cerebral

    De nuevo en el Hospital de Hellín, la intención fue la de cambiarle la medicación para que regresara a su casa, pero ante la negativa de Evangelina, ingresó y le hicieron pruebas durante días.

    Finalmente, un médico, cuyo nombre no podrán olvidar ni Evangelina ni Francisco José, Ignacio, les dio el diagnóstico: un tumor cerebral. Fue este especialista quien extrajo líquido de la médula logrando que bajara la presión y remitieran los síntomas.

    Aún con el diagnóstico del tumor cerebral, el traslado a Albacete se retrasó veinte días. Mientras tanto, se sometió a Francisco José a un PET-TAC, lo que permitió descartar metástasis. Pero el médico del Hospital de Hellín insistía en que la biopsia era urgente, para determinar el mejor tratamiento, y el Hospital de Albacete alegaba que estaba en lista para Neurocirugía, que había casos más prioritarios.

    Sin Neurocirugía en el Hospital de Hellín y con las puertas de Albacete cerradas, Evangelina veía esta semana cómo el dolor de cabeza regresaba y su marido empezaba de nuevo con los síntomas, perdiendo el equilibrio y con los ojos inflamados.

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    Evangelina, junto a su marido.

    Este jueves está prevista la biopsia

    Mientras tanto, durante 70 días, el matrimonio ha tenido que dejar su negocio de hostelería, Mesón Eva y Curro, en la aldea letureña de La Abejuela, en manos del hijo de 19 años. El calvario del paciente ‘no COVID’ está siendo físico, psicológico y económico.

    Finalmente, el martes Evangelina estallaba en las redes sociales y publicaba su carta de denuncia, junto a las quejas remitidas a Atención al Paciente, en Diario Sanitario. El miércoles le repetían TAC y resonancia y está previsto que este jueves intervengan a Francisco José para una biopsia de su tumor cerebral que permita iniciar el tratamiento cuanto antes, ya que, por la zona donde está, no es operable. De todas formas, el diagnóstico aún es confuso.

    La carta que lo aceleró todo

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