• Letras contra el cáncer y por la integración

    La albaceteña Rocío Ortega, técnico superior en integración social, acaba de publicar su tercer libro. En sus dos primeras obras trató temas como las situaciones a las que se enfrentan los niños con alguna discapacidad. Lo hizo desde su experiencia personal, ya que ella nació con diversas discapacidades, como el labio leporino y fisura palatina. Ella supo hacer de su diferencia una ventaja y plasmar situaciones a través de la literatura con las que ayudar a otros niños. Ahora acaba de publicar ‘El sombre de Lux’. Recuerda que lo escribió hace seis años, en memoria de una prima que falleció de cáncer. Como su padre murió también de cáncer hace un año y medio, ahora ha visto la luz en memoria de ambos. Y lo hace con fines solidarios, donando dos euros por la venta de cada ejemplar a Afanion.

    Rocío Ortega libro Afanion
    Rocío Ortega, segunda por la derecha, muestra el libro en Afanion.

    Destaca que decidió colaborar con Afanion “porque creo que hacen una gran labor”. Y porque quería colaborar “intentando poner mi granito de arena para mejorar la vida de los niños que están pasando por esa situación”. El libro puede adquirirse ya en Librería Herso o en la propia sede de Afanion, en la ciudad de Albacete, por 9,95 euros. Del precio total, dos euros por cada ejemplar serán para Afanion.

    De momento, se han editado 200 ejemplares y Rocío Ortega destaca que “está funcionando muy bien” y que “ojalá tengamos que hacer más tiradas para ayudar a Afanion cuando más podamos mejor”.

    Ella, que trabaja como mediadora familiar en una entidad social, con mujeres víctimas de violencia de género, destaca que sus libros son infantiles pero que el mensaje intenta ayudar también “a los papás, las mamás, a los adultos que están con ellos”.

    Reconoce que ya tiene una idea “rondando” para su cuarto libro pero no sabe cuándo le dará forma. De momento, anima a comprar su tercera obra “para ayudar a Afanion” y se siente emocionada porque sus dos primeros libros sigan teniendo tirón después de varios años publicados.

    La escritura como evasión

    Rocío Ortega recuerda que escribe desde que tenía ocho años. Empezó a hacerlo porque era una forma de evadirse, de expresar cómo se sentía por esas discapacidades que le hacían diferente y que en los colegios pueden llegar a crear situaciones muy desagradables para un niño.

    “En mi primer libro reflejo la problemática que he tenido en el colegio, intentando dar herramientas a los niños para relacionarse con otros niños aunque tengan alguna discapacidad”. Así, en ‘Las aventuras de Pepita Carapato y el club del arenero’, narra, a través de diez cuentos infantiles de carácter social, situaciones que se pueden encontrar niños con discapacidad o enfermedades raras. Tratando de dar herramientas para que puedan relacionarse con otros sin problemas.

    En ‘Kalila quiere aprender a volar’, su segundo libro, aborda la diversidad familiar y los procesos de acogimiento familiar. Aborda temas como el divorcio o niños que tienen dos padres en lugar de un padre y una madre. Detalla que al hacer las prácticas de su formación académica en Mensajero de la Paz quiso visualizar las situaciones que veía.

    También porque tiene un amigo cuya pareja es un chico y, en un café, le exponía los problemas que tenían para poder ser padres. De este modo, en su libro trata de mostrar que hay que tener “una mente abierta y ganas de entender a las personas con circunstancias diferentes a las nuestras”. También el mensaje de la importancia de que “siempre haya una familia”.

    Mientras Rocío Ortega sienta que puede seguir ayudando con sus letras, no dejará de buscar nuevas ideas y darles forma a través de un libro. Más si, como además en el caso de su tercer libro, puede ayudar a entidades con un buen fin social.

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