• Tambores lejanos en Microbiología

    El Autor

    Caridad Sainz de Baranda Camino

    Jefa del Servicio de Microbiología del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete

    Después de 3 meses de estos acontecimientos de la pandemia del coronavirus que han cambiado nuestra vida, necesito describir esta historia del Covid-19, que ha conmocionado nuestro trabajo en el Laboratorio de Microbiología y que nos ha marcado para siempre.

    Caridad Sainz de Baranda

    Desde comienzos del año 2020 estábamos expectantes con las noticias que nos llegaban de China y posteriormente de Europa. Con la situación de Italia ya empezamos a ponernos en alerta. A mediados de febrero ya tuvimos casos sospechosos, que en un principio enviamos al ISCIII y nos pusimos a montar las técnicas de diagnóstico en nuestro Laboratorio, con la dificultad del suministro de reactivos. Los primeros nos llegaron de Corea y comenzó la avalancha de PCR. El primer positivo en nuestro termociclador me dio un vuelco al corazón y comenzaron las prisas. El Hospital se desbordó, las Urgencias abarrotadas y nosotros también.

    Tuvimos que reforzar los turnos de trabajo y contratar facultativos y técnicos de Laboratorio dedicados exclusivamente al diagnóstico del virus SARS-COV2. El laboratorio entero se volcó en unión y compañerismo y prácticamente nos convertimos en una Microbiología COVID, con una pequeña actividad residual en el resto se Secciones.

    Falta de reactivos

    Los casos positivos aumentaron exponencialmente, había tandas de PCR en las que apenas había negativos. El teléfono no paraba y la actividad se prolongaba incluidos los fines de semana, que pasaron sin descanso. La falta de reactivos nos causó mucha tensión y tuvimos que pedir ayuda a la UCLM para que nos apoyaran en la extracción del ARN del virus y llamar a muchas casas comerciales y compañeros de otros laboratorios de Micro para conseguir los reactivos, y cuando estos llegaban hubo que trabajar en turnos sin descanso, incluidas las noches para dar respuesta a toda la demanda asistencial.

    Compañerismo

    Hubo momentos de desconcierto, pero no faltó el compañerismo entre nosotros y con los compañeros de otras Especialidades, que nunca nos habían visitado tanto en el Laboratorio y nos animaban y nos decían que nos cuidáramos, que nos necesitaban. Eso si era reconfortante, saber de la importancia de nuestro trabajo y de nuestro esfuerzo.

    En medio de esta “guerra” en que a día de hoy ya son “Tambores lejanos”, llegaron las bajas, los compañeros fueron cayendo y los que seguíamos, nos hacíamos más fuertes, con una fortaleza que nos salía del Fondo, de nuestra propia responsabilidad por ayudar y dar lo mejor de nosotros.

    Al final yo también caí enferma, fui la última de una larga lista. Ahora ya todos recuperados, gracias a Dios, seguimos en la brecha, pero algo ha cambiado dentro de nosotros, nos ha marcado como una pesadilla.

    La incidencia ha bajado

    Afortunadamente la incidencia del Covid 19 ha bajado mucho, ya apenas hay positivos, pero nuestro trabajo no decae. El número de PCR que se nos solicita, se asemeja a la época peor del pico, pero estamos más preparados. Disponemos de Extractores automáticos de gran capacidad, no hay carencia de reactivos y el personal está entrenado y preparado para cualquier emergencia.

    Estoy muy orgullosa de mi servicio de Microbiología de Albacete, hemos trabajado como “jabatos” a una y creo que hemos dado lo mejor de nosotros y el Hospital de Albacete se ha dado cuenta de la importancia de la Microbiología.

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