• Animo a ser médico rural

    En el Día de la Atención Primaria, la Dra Somoza apela a la esencia, a la medicina rural, la del trato cercano y el ojo clínico

    El Autor

    Carmen Somoza

    Vocal de Atención Primaria Rural del Colegio de Médicos de Albacete

    Hace unos días, en la última asamblea de la vocalía de Médicos de Atención Primaria Rural, un compañero nos hizo la pregunta de si nos sentíamos médicos rurales. Tengo que decir que no sé si me siento médico rural -por los más de 20 años que lo he sido- pero sí tengo claro que, de no haberlo sido, no me apasionaría la medicina como lo hace después de cumplir más de 30 años de ejercicio.

    “Espero que la Atención Primaria vuelva a ilusionar a las nuevas generaciones de facultativos”

    Carmen Somoza Atención Primaria
    Imagen de archivo de una consulta en Yeste (Albacete).

    Los años en los que había 25.000 aspirantes a MIR para 3.000 plazas

    Al finalizar mis estudios de Medicina, que inicié en 1979, el número de médicos que nos presentamos a las convocatorias MIR 87-89 era de unos 25.000 para tan solo 3.000 plazas. Mi familia no podía seguir manteniéndome para que me dedicara a estudiar el MIR durante dos o tres años más y, por ello, cuando finalicé la carrera en 1985 me puse a trabajar como médico sustituto en periodos estivales.

    En aquellos años no se precisaba el MIR para ejercer como médico generalista y mi vocación me llevó a dedicar mucho tiempo de estudio a numerosos cursos de formación, mientras trabajaba en las sustituciones que más tarde se ofrecerían -sin arbitrariedad y con justo reparto- desde la Bolsa de Trabajo que se creó por los propios médicos en paro, al amparo del Colegio de Médicos de Albacete, que nos prestó su infraestructura para organizarla.

    Pues bien, a punto de finalizar los cuatro años de candidatura como vocal de Atención Primaria del Colegio de Médicos, y con una pandemia de por medio que ha puesto a prueba el sistema sanitario y que espero estemos a punto de doblegar, puedo decir que estoy parcialmente satisfecha, sobre todo porque en estos años de vocalía la Atención Primaria ha salido a la palestra en medios de comunicación, locales y nacionales, y se ha salido a la calle para poner de manifiesto el estado agonizante del primer eslabón del Sistema Público de Salud. 

    Los conocedores holísticos del paciente

    Los médicos de Atención Primaria somos los conocedores holísticos del paciente, aspecto que no pueden ofrecer otras especialidades. No obstante, debido a la saturación en Atención Primaria, a la presión asistencial cada vez más acuciante y al exceso de burocracia, las nuevas generaciones de médicos no quieran dedicarse a la Medicina de Familia, y prefieren ejercer otras especialidades, trabajar en la medicina privada o directamente emigrar a otros países donde se sientan más valorados, tanto por la administración como por los propios pacientes, rechazando en cualquier caso dedicarse a la medicina rural.

    Urgencias y su inmediatez

    Añadamos a lo anterior el hecho incontestable de que cada vez son más los médicos del primer escalafón que desempeñan su labor en las urgencias hospitalarias, debido, como ya se ha dicho, al poco reconocimiento que desde las distintas administraciones se da a la AP y a que son más demandadas por los usuarios que quieren resolver cualquier problema de salud de forma rápida e inmediata.

    Inacción política

    Los partidos políticos, por su parte, no quieren poner límite a esta situación y contribuyen, con su inacción, a que las demandas de salud no urgentes, así como procesos banales en absoluto preferentes, sean atendidos en la puerta de urgencia de los hospitales, en vez de en los centros de salud, con un exceso de exploraciones complementarias, colas hospitalarias inasumibles y gasto sanitario desbocado. Solo mediante un pacto sanitario entre los principales partidos políticos puede resolverse este problema, que es imperativo en la sanidad española.

    Existen soluciones

    El hecho de que los que ocupan puestos de responsabilidad en la administración pública, que en muchos casos son los mismos que iniciaron la reforma de la Atención Primaria -con la creación de la Medicina de Familia-, no estén haciendo nada para solucionar los problemas de la misma es desalentador. Existen soluciones, por supuesto, pero hay que tener voluntad política para llevarlas a cabo, prescindiendo de resultados electorales y réditos partidistas, importante lacra de nuestra sociedad.

    Ojo clínico

    Espero que, en años venideros, se consigan los objetivos para que la Atención Primaria vuelva a ilusionar a las nuevas generaciones de facultativos. Yo animo a ser médico rural, no solo porque acerca al médico con el entorno íntimo del paciente como ninguna otra rama de la medicina, sino porque desarrolla y enaltece la exploración física, el trato cercano y el ojo clínico, aspectos fundamentales para evitar que las exploraciones innecesarias agoten al sistema, a la vez que se favorece la debida y puntual realización de aquellas pruebas diagnósticas que, precisamente por ser pertinentes, son inaplazables.

    Artículo publicado por el Consejo General de Colegios de Médicos

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