Dentro de las promesas electorales, la carrera profesional del Sescam es un clásico. Cada cuatro años, los líderes políticos nos deleitan con sus promesas electorales, las cuales, muchas de ellas, con el pasar del tiempo, acaban convirtiéndose en engaños electorales. Uno de estos engaños, en lo que respecta a los trabajadores del Sescam, es la carrera profesional.
Unos la registran ante notario y otros la llevan prometiendo desde 2015
Este tema es de sobra conocido, tanto por los profesionales del Sescam como por la ciudadanía de Castilla-La Mancha. Ha acabado convirtiéndose en arma arrojadiza entre los contrincantes políticos, alguno de los cuales ha firmado ante notario que si se convierte en presidente de la región lo primero que hará será devolvernos nuestra carrera profesional. Ya veremos.
El actual presidente, Emiliano García-Page, en el Programa Electoral del PSOE de 2015, en su punto 442, decía: “Se retomará el desarrollo de la carrera profesional”. Y no contento con ello, en el Programa Electoral de 2019 del PSOE, en su punto 454, dijo: “Seguiremos trabajando para poder retomar la implantación y el desarrollo de la Carrera Profesional en el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha”.
¿Emiliano no ha tenido tiempo en 8 años?
Pues he aquí que, sorprendentemente, como no hay dos sin tres, Emiliano lo ha vuelto a hacer, nos lo ha vuelto a prometer, pues parece que en ocho años de gobierno no ha tenido tiempo de devolvernos los que nos prometió.
En el Programa Electoral del PSOE de 2023, en su punto 479, dice: “Seguiremos trabajando por regular adecuadamente y acordar la recuperación de la carrera profesional sanitaria”. Vemos que la carrera profesional va descendiendo en el escalafón de prioridades, hasta que desaparezca en los subsiguientes programas por hartazgo.
¿2015, 2019, 2023 y seguimos para 2027?
Todo este despropósito lo podríamos resumir en la frase que el personaje encarnado por el gran Manuel Alexandre le espeta al cura, en la inefable película de José Luís Cuerda Amanece que no es poco: “Me parece a mí que tenéis un cuajo…”